"Para doña Altagracia, por lo tanto, el matrimonio era cuestión de honor... Ella también experimentaba ese abandono rancio y añejado por el tiempo que le había dormido el razonamiento haciéndole creer que las cosas con su esposo algún día iban a cambiar; sin embargo todos sabían que don Gregorio no iba a cambiar mientras le quedara una sola gota del preciado liquido..." "Sin que nadie lo notara... el hacendado sacó un revólver Smith Wesson calibre treinta y ocho...y abriendo sigilosamente el maletín lo colocó dentro del mismo... "Y en ese silencio de la noche alguien desembuchó un chorro de palabras ensangrentadas: —¡Malditos comunistas! Hay que matarlos a todos, para que sepan que con Trujillo nadie se mete..."
" —El militar... le dijo: —"Por favor, deme su licencia de manejar, su cédula de identidad y la Palmita"...—¿Tienen todos sus documentos en regla? Al oír el requerimiento del militar don Victorio empezó a sudar profusamente. Parecía como si los poros detrás del cuello y de las axilas se le hubieran abierto dejando correr chorros de sudores hacia el lugar donde la espalda pierde su dignidad.
Pedro...visitando... la Zona Colonial. Súbitamente se oyó a alguien gritar, "¡Un calié! ... !Un callé, !Un calié! ...De repente apareció... frente a él, un individuo de aproximadamente unos cuarenta y cinco años de edad. Iba montando una bicicleta vieja y oxidada... Se movía a todo vapor....E1 importunado... tenía puesto unos espejuelos "fondos de botellas" en una montura barata de color negro...Recuerda Pedro cómo vio volar por los aires una pesada cadena que salía del medio de la turba surcando los aires de las calles Padre Billini esquina Palo Hincado y aterrizando en la misma cabeza del fugitivo...
Algunos de mis verdaderos amigos y amigas, así como familiares,
me han expuesto la idea de que, en el futuro, edite en
forma de libros los escritos que he publicado en la prensa.
Luego de analizar el consejo de las personas de mis afectos, y
comprender que “nadie ha tenido a los dioses tan a su favor
que pueda prometerse a sí mismo el día de mañana”, en vista
de que mi porvenir está en el día a día, decidí aceptar la sugerencia
y comenzar a recoger en diferentes textos lo que ya he
desarrollado en los medios de comunicación.
Carmen lleva a cabo esa búsqueda constante y apasionada de la libertad a través de la poesía; un medio que, por excelencia, le dispone las herramientas para labrar su propio mundo y sus libertades. A través de la lírica intenta comprender su propia incomprensión del mundo; sanar de una vez y por todas las viejas heridas; aprender mientras desaprende; reencontrarse consigo misma a la vez que descubre que al buscarse en otros no ha hecho más que perderse, entendiendo que nadie más que ella puede salvarse. Mi pequeño infinito es, por tanto, la infinita lucha, la infinita búsqueda, el infinito descubrimiento.
Este transparente poemario se divide en cuatro capítulos; tal vez cuatro etapas en la vida de la autora, o cuatro versiones de ella misma que se intercambian frecuentemente o forman interesantes híbridos. Aun cuando parece escribir para alguien más, no deja de escribir con énfasis para sí misma. El lector, entonces, disfrutará tanto de aquellos versos que le aluden directamente como de aquel diálogo que empieza con las «Palabras introductorias» y concluye con el poema «Humanos».
¿Qué pasa cuando el destino se empeña en unir dos almas destinadas a estar juntas a pesar del tiempo y las circunstancias? Mil veces contigo es una cautivadora historia que te sumergirá en un torbellino de emociones y te llevará a través de los años, desde el primer encuentro hasta el reencuentro inevitable. Lara Núñez y John Álvarez se cruzan en una parada del bus camino a la universidad en 2005, pero las circunstancias y sus propias dudas los separan. Sin embargo, el destino tiene otros planes para ellos. A medida que los años pasan, el recuerdo del otro se aferra a sus corazones, guiándolos de regreso como en sus sueños, donde reviven episodios de vidas pasadas.
Los cuadernos de Manuel son una serie de escritos realizados durante mas de 40 años. Desde niño me ha fascinado la idea de escribir mis pensamientos. Un buen día, unos amigos me introdujeron a las ideas de George I. Gurdjieff. Pronto entendí la relevancia del idioma en la comunicación y lo fácil que es malinterpretar y ser malinterpretado . Así que empece a estudiar todo lo que podía acerca de las palabras. A medida que mis esfuerzos daban resultados, mi entusiasmo crecía exponencialmente. Tuve la suerte de que una prima cercana es una experta en la materia y, con su ayuda, comencé a darle forma al trabajo a tal punto que culmino en un libro: El mundo de las palabras.