«No sabemos lo que nos pasa y eso es precisamente lo que nos pasa», escribe José Ortega y Gasset.
Las situaciones críticas que se suceden en la política, en la sociedad, en las relaciones internacionales o en el vínculo de los humanos con la naturaleza requieren de un complejo análisis que tenga en cuenta variables que, a primera vista, parecen muy lejanas entre sí.
¿Cómo podemos navegar en este océano de incertidumbre? ¿Cómo comprender la historia que vivimos? ¿Cómo entender un mundo que no deja de pasar de una crisis a otra? ¿Cómo concebir esta aventura sin precedentes de nuestra humanidad? ¿Cómo admitir por fin que, al dañar nuestro planeta, estamos dañando nuestras vidas y nuestras sociedades? ¿Es una carrera hacia la muerte o hacia la metamorfosis? ¿O ambas cosas al mismo tiempo?
¡Despertemos!
Edgar Morin, el maestro de la teoría del pensamiento complejo, analiza los puntos clave del malestar de la sociedad contemporánea y nos propone un cambio de actitud individual pero también colectivo: advierte de la urgente necesidad de actuar ante la crisis climática para reclamar que se establezcan, de forma rápida y sistemática, políticas ecológicas adecuadas.
¿Quién decide lo que consideramos verdadero? ¿Quién da forma a la construcción de los hechos? Para Solnit, nos encontramos en medio de una batalla por el dominio de la narrativa en la que los poderosos intentan aferrarse a sus antiguos privilegios, pudiendo justificar la violencia para defenderlos, y otras voces minoritarias —las mujeres, las personas racializadas, y todos aquellos que están al margen del poder— luchan por hacerse hueco en el elenco de la verdad. A partir de movimientos como el #MeToo y el Black Lives Matter, o casos como el de Harvey Weinstein, Rebecca Solnit, «una de las pensadoras más influyentes de nuestro tiempo» (Público), analiza este cambio de paradigma, señalando sus triunfos y sus fallos, y abogando por la democratización de las nuevas ideas y los nuevos lenguajes como forma de resistencia.
La pandemia es un fenómeno configurado por la biología viral e inmunitaria, la racionalidad de las respuestas y los mitos subyacentes a la mismas en colusión con las desigualdades existentes. Ante ella el homo absconditus, el humano escondido, aparentemente del virus, pero en conflicto con su propia naturaleza biológica y físico química, negocia mágicamente con la enfermedad y la muerte entregar o sacrificar a los «anormales» y excluidos por déficits organizacionales sistémicos. Pero cuanto más tratamos de escondernos, más a la intemperie nos sentimos y nuestra sensibilidad se halla a flor de piel. Se trata de criticar la razón abstracta, interrumpir los mitos y reencontrar las singularidades que escapan a nuestras normas éticas y morales y las dinamizan hacia una justicia interminable.
¿Qué sería del pensamiento si mujeres como Penélope, Deméter, Diotima o la memorable sirvienta tracia pudieran tomar la palabra y decir qué y quiénes fueron? ¿Cómo concebiríamos el cuerpo, la sexualidad, la identidad y el poder si ellas se convirtieran en las protagonistas de la peripecia filosófica? En un enfrentamiento cuerpo a cuerpo con su 'enemigo' Platón, Adriana Cavarero propone una relectura de algunas de las figuras femeninas de la Antigüedad para denunciar las desigualdades de género y las dinámicas patriarcales sobre las que se cimenta el canon filosófico occidental. Con un estilo cáustico y brillante, la autora prefigura una nueva manera de pensar el espacio público, en un diálogo ideal con los movimientos feministas italianos e internacionales.
Este libro podría haber tenido otros títulos, pero acaso este, A propósito de Ferlosio, más genérico, sea el más fiel a un ensayo urdido en torno a una intimidad moral. Entre la historia literaria y la intelectual, estas páginas interpretan (temeraria, aunque cuidosamente) la trayectoria de Rafael Sánchez Ferlosio a la luz de las transformaciones que tuvieron lugar en un tramo que va de finales de los años cuarenta a principios de los noventa; de ahí que su protagonista vaya saltando de la voz solista al coro, unas veces desgajado y otras diluido en la peripecia de otros hijos de la élite vencedora de la Guerra Civil. El trauma de una culpa heredada jamás remitió e impuso exorcismos que oscilaron entre la ruptura -siempre estruendosa- y la reformulación; entre el apego sentimental a modelos aprendidos en casa y el repudio de los valores que llevaban adheridos. Su obra es inexplicable sin esos fantasmas, que determinaron en la sombra numerosas obsesiones, como la meditación sobre la historia, la tradición o, en fin, sobre los espinosos modos de recuperar el pasado. Hay más en estas páginas, pero en última instancia tal vez todo pase por las vicisitudes y ambiciones de un pensador embargado por la culpa y el anhelo de perfección.
Nagarjuna (ca. 150-250), filósofo indio y fundador de la escuela de la vía media, fue probablemente el pensador budista más influyente, tras el propio Gautama Buda. Su época fue abundante en discusiones y controversias filosóficas que acabaron convirtiéndose incluso en competición y espectáculo. Aun haciendo el indispensable esfuerzo dialéctico para demostrar aquello que tiene como objetivo, "Abandono de la discusión" propone el desprendimiento -ideal del sabio- de todas las creencias y opiniones que sustentaban estas pugnas, por no ser más que distracción para la mente diáfana y atenta a la que apunta la enseñanza budista. Conviene que la mente rehúya las especulaciones y atienda a los dos elementos genuinos que están en juego en samsara y de los que depende la cultura mental budista: la percepción y el deseo.