“Somos dominicanos por Duarte, que supo enfrentar la fuerza y opinión prevaleciente en sus días, que era partidaria de la separación, esto era, separarnos de los haitianos y colocarnos bajo la protección de una de las grandes potencias de la época”
¿Por qué al abordar el tema de Economía Naranja, la balanza se inclina por otros lectores como el cine, la música o los videojuegos, y escasamente se asume el libro como parte relevante de esta economía que mueve cerca del 3% del PIB mundial? Esa inquietud fue la chispa que motivó la creación de este ensayo.
Como resultado, Economía Naranja y Sector Editorial, es un libro que demuestra el papel fundamental que tiene la escritura dentro del entramado de la economía creativa, desmenuza los aspectos que componen su desarrollo, comparte una visión de lo que podemos esperar en el futuro del sector y ofrece conocimiento acciona- ble y práctico para que los escritores puedan impulsar sus ingresos.
Con tono resuelto, ilustrativo y crítico, la autora aborda los principales retos y las oportunidades que tiene hoy el libro, en la amplitud del término, y el artista en sentido general en el marco de la Economía Naranja, asuntos que conoce de primera mano por su desempeño en sus respectivas facetas, como empresaria edito- rial, gestora cultural y escritora de varios libros.
En un momento como el que vivimos, en el que parece que se avecinan circunstancias insólitas, es retadora la tarea de responder interrogantes sobre el futuro. Sin embargo, Keila, armada con su experiencia de casi 20 años en el sector editorial, se aventura a la tarea de proponer soluciones para que los porvenires del libro y la educación sean más luminosos que como muchos vislumbran en la actualidad.
La tesis principal del presente ensayo es de lo más sencilla: no hay forma, no hay perspectiva desde la cual la invasión haitiana a la República Dominicana sea beneficiosa para este país.
La suplantación de la población nacional por legiones de personas sin ninguna calificación profesional, técnica, laboral. Sin patrimonio, en condiciones económicas críticas, al borde de la sobrevivencia. Sin cultura productiva, lo que han demostrado con la devastación de su propio país. Con otra visión del mundo, con otra religión, con otras costumbres, que entran en conflicto agudo con las tradiciones nacionales.
¿Hemos hablado de color de piel, de raza? No, nada que ver. Hablamos del ethos –la personalidad- de los haitianos, en contraste a la de los dominicanos, que nada tiene que ver con la raza sino con la cultura. Adicionalmente, la República Dominicana se independizó de Haití, mientras los haitianos, desde siempre, hasta la fecha, han aspirado a ocupar la Isla entera (“una e indivisible”). Para bien o para mal, los dominicanos y los haitianos son enemigos históricos.
Cuando el trabajo en equipo, la sensibilidad social y la identificación con los valores culturales obran en conjunto, el esfuerzo que hace comunión con la causa no tarda en convertirse en frutos de alto significado y esperanzadora motivación a favor de la colectividad. Existen personas morales y físicas, que por el rol que desempeñan en el entorno social donde han nacido se convierten en entes de definidas promesas, capaces de producir bonanzas válidas en el espacio y el tiempo.
Testimonios de una experiencia de vida transmutada en escritura, los textos de este breve volumen de aforismos y fragmentos son textos “resistentes” que plantean propuestas puntuales: la escritura como alternativa al aislamiento preventivo, el arte como evasión saludable ante la pandemia, la cultura como fuerza emancipadora, la resiliencia como actitud vital, a la vez reflexiva y lúdica.
Retomando la “fuga hacia delante” barthesiana, Fidel Munnigh nos propone hoy una estética de la resistencia. Apuesta por un sujeto reinventado, si bien aislado en su soledad, también abierto a la solidaridad. De ahí su eslogan filosófico para esta época mal llamada “pospandemia”: innovar, reinventarnos. Ejercicios de resistencia es el quinto libro del autor.
En este libro el doctor Negro Veras presenta una compilación de muchos de sus escritos generados tras los múltiples inconvenientes que enfrentó en las ocasiones que quiso salir del país, sobre todo en la época de los 12 años del doctor Joaquín Balaguer, y que se extendieron, aunque no tanto, a los gobiernos de Antonio Guzmán y Salvador Jorge Blanco.
Todas estas situaciones se vieron matizadas por las dificultades para obtener la visa y que se recrudecieron al vivir situaciones familiares que lo obligaban a salir del país.
Estas primeras narraciones las refuerza con una serie de artículos y cartas que conforman la segunda parte de su libro, dedicada al ejercicio de la libertad de expresión; documentos en los que hizo gala de su elocuencia, sinceridad y apertura para decir las cosas que entendía necesarias en aquellos aciagos momentos de la vida nacional.
Se escucha el murmullo en el viejo y casi abandonado edificio...los pasos inseguros de la anciana...Una y otra vez aquel recuerdo. Todo por entrar en contacto con lo desconocido. El aire se va sintiendo leve, estrecho, ominoso. Parece que los datos se han ido perdiendo cada vez que ella aparece y cambia las claves de las imágenes cotidianas . Avanza y observa a cada paso los detalles. Rememora lo siniestro de aquel día; el hecho tormentoso.