El demonio de la depresión, que aparece ahora en una versión aumentada y revisada, es una obra fundamental que obtuvo el National Book Award y fue finalista del Premio Pulitzer. Solomon explora el fenómeno de la depresión a partir de su propia lucha contra la enfermedad y de entrevistas con otros enfermos, médicos y científicos, responsables políticos, investigadores farmacológicos y filósofos; así revela la sutil complejidad y la intensa agonía que la definen.
Este libro asume el reto de explicar la depresión y describe el amplio abanico de medicamentos disponibles, la eficacia de las terapias alternativas, y el impacto que la enfermedad tiene en distintos grupos sociales en todo el mundo y a lo largo de la historia. Solomon demuestra una sinceridad, una inteligencia y una erudición extraordinarias a lo largo de este viaje al más oscuro de los secretos familiares. Su contribución a nuestra comprensión de la enfermedad mental y también de la condición humana es asombrosa.
En nuestros días, lo urbano ha crecido hasta desbordar nuestra capacidad para la reflexión, la acción y hasta la imaginación. Sentido y fin de la industrialización, la sociedad urbana se ha ido conformando en su propia búsqueda de sentido y, en el camino, se ha topado con la filosofía, el arte y la ciencia, que no han podido evitar enfrentarse a este nuevo objeto y transformarse a sí mismas en el encuentro. Comprender lo urbano hoy implica trazar una estrategia de conocimiento inseparable de la estrategia política. Lefebvre invita a hacerlo sobre el eje de la puesta en práctica de un derecho: el derecho a la ciudad, a la vida urbana, condición para una democracia y un humanismo renovados.
Un manifiesto filosófico que desafía la tiranía de la productividad y proclama el derecho a la pereza para garantizar el libre descanso como un bien común al alcance de cualquiera.
«Quiero libertad, el derecho a expresarme por mí misma, el derecho de todos a las cosas bellas y radiantes.» La declaración con que Emma Goldman definió el anarquismo no solo habla de un movimiento político, sino que contiene una filosofía donde la belleza, el placer y la igualdad son elementos esenciales de la existencia humana.
Inspirado en Paul Lafargue y Hannah Arendt, Juan Evaristo Valls Boix hace de esta convicción la base para desplegar un conjunto de políticas sociales que cuiden la vida allí donde es inútil y no trabaja. Con una prosa luminosa y combativa, el autor defiende derechos esenciales -como el derecho a la pereza, la huelga o la jubilación- no como concesiones del sistema, sino como actos radicales de resistencia a la alienación capitalista.
Para quienes encuentran en el entusiasmo, la autosuperación o el emprendimiento una sucia trampa neoliberal con la que justificar la explotación y la precariedad, este libro es una invitación a la tranquilidad y la holgazanería, pero sobre todo es un alegato en favor de las estructuras públicas que las hacen posibles. La pereza ha sido durante demasiado tiempo el privilegio de unos pocos, ya es hora de que se convierta en un derecho para todos.