La ira es tan sólo un instrumento o un arma en manos más calculadoras. Un pueblo en armas es una fuerza, pero no piensa. Como mucho opina. Y la opinión es cosa fácil de construir. La ira no produce cambios, la ira es mercenaria. Sirve a quienes más la excitan. La necesaria rebeldía de Medea contra el orden social establecido –o lo que llamaríamos ahora lo «políticamente correcto»– y contra sus propios impulsos naturales, y la actividad de un principio como el de la diosa Kālī que sustenta, en el orden simbólico, la cíclica construcción y destrucción del universo de las formas son, si las comprendemos bien, dos ejemplos inmejorables del poder femenino que necesitamos activar para adelantarnos a lo que ha de venir y evitar así un desastre mayor. Podemos invertir los papeles, sin duda. Pero ¿de qué sirve reemplazar los ingredientes si el caldo está podrido? Lo que necesitamos ahora no es una simple inversión, sino una auténtica transformación, un cambio de paradigma que abarque todos los ámbitos.
La lágrima de Jantipa es un estudio de la Grecia clásica a partir de la palabra de los filósofos y su concepción de lo femenino, un ensayo histórico sobre la configuración de un pensamiento que suponía que las mujeres no debían ser educadas más allá de la labor matronalis y los deberes conyugales.
Pero este libro no se conforma tan solo con narrar esa historia desde las academias, los liceos, los jardines o los pórticos de los filósofos, sino que también transita el campo y la ciudad, la asamblea y el ágora, los gimnasios y los gineceos, las escuelas y los mercados, la acrópolis y el arrabal, el cuerpo y el espíritu, el imaginario y la realidad, el teatro y el simposio, la casa y el mercado.
En esos escenarios se exponen las coacciones del eros, las hijas de Pandora y las diferencias sexuales, las feminidades, las masculinidades y la convivencia política, la asimetría del género y su larga duración desde la Grecia antigua.
«Leer a Hannah Arendt permite comprender mejor el presente.» Berliner Morgenpost ¿Qué es la libertad y qué significa para nosotros? ¿Consiste solo en la ausencia de miedo y restricciones, o acaso implica también la participación en procesos sociales, con voz política propia, ser escuchado, reconocido y finalmente recordado por otros? Publicado en Estados Unidos en los años sesenta pero inédito hasta hoy en español -y en alemán-, este ensayo refleja el rigor y la fuerza del pensamiento político de Hannah Arendt y condensa con precisión y maestría sus reflexiones sobre la libertad, de gran calado y capaces de conectar de manera asombrosa con los desafíos y peligros de nuestro tiempo. Arendt rastrea el desarrollo histórico de la noción de libertad, en particular, toma en cuenta las revoluciones en Francia y América. Mientras que la primera supuso un punto de inflexión en la historia pero terminó en desastre, la otra fue un éxito triunfal pero se mantuvo como un asunto local. Repensar la idea de revolución se ha vuelto imperioso hoy, y este reencuentro con Hannah Arendt representa el impulso necesario para las nuevas generaciones.
¿Cuál es la distancia que separa una obra de arte valiosa de la que no lo es? ¿Acaso es una mera cuestión de gusto, de bagaje, de canon, de accesibilidad, de marketing? Juan Cárdenas aventura en este libro una teoría: «Todo gran arte trae consigo la marca de la ligereza». No es tan fácil distinguir lo ligero de lo pesado, pero hay algo que está claro: la fuente primordial de la ligereza es el placer. El arte da placer no porque imite a la vida, sino porque es capaz de traducir sus leyes secretas al lenguaje de las formas sensibles. Y la vida es ligera, fugaz, esquiva, grácil, vulnerable y resistente de un modo inexplicable. En su afán por desentrañar este concepto, el autor nos lleva de la mano por una serie de cuestiones esenciales para reflexionar sobre lo que hoy consideramos digno de admiración, ya sean las modas, lo militante, las inercias del mercado, la posibilidad de la utopía o el lado oscuro de uno de los mantras de la sensibilidad contemporánea: la búsqueda de la autenticidad. Un recorrido original que acaba por ser, además, una manera de esclarecer los mecanismos de su propia escritura. La precisión y la afabilidad de su prosa, la plasticidad de sus ideas y su deslumbrante capacidad para exponerlas de una forma tan sencilla como profunda hacen de La ligereza un ensayo estimulante y fértil, una grieta luminosa en el imperturbable territorio de lo mayoritario.
José Ferrater Mora sostenía que la filosofía de Ortega y Gasset era una "alta y robusta cordillera" que el pensamiento hecho en español no podía eludir. Frente a ella cabían variadas posibilidades: cruzarla en diversas direcciones, aproximarse más o menos e, incluso, alejarse completamente. Lo que sí resultaba poco recomendable era ignorarla porque el precio a pagar sería el extravío en el propio paisaje cultural. Teniendo presente tal consejo, los autores de este libro hemos querido abordar la filosofía política del pensador español de un modo peculiar, a saber, espigando no solo lo que entendemos como sus tesis fundamentales, sino leyéndola en contrapunto con otros autores, teorías y problemas que permiten mostrar su relevancia en el mundo actual. Quien se adentre en estas páginas atravesará las complicadas relaciones del intelectual y la política, la visión orteguiana de la guerra, sus críticas al pacifismo, la comprensión del fenómeno totalitario, qué entiende por libertad o los claroscuros del liberalismo, entre otros. También asistirá a debates reales e imaginarios de Ortega con Edmund Husserl, Max Scheler, Carl Schmitt, Julián Marías, José Gaos, Antonio Rodríguez Huéscar, Richard Rorty, Isaiah Berlin, John Gray o Giorgio Agamben.
Estamos constantemente fotografiando y siendo fotografiados, al tiempo que alimentamos bases de datos de aprendizaje automático con nuestros datos, que a su vez se utilizan para generar nuevas imágenes. Al analizar la transformación de la fotografía por el mundo digital –y la transformación de la percepción humana por las imágenes gestionadas por algoritmos, desde la CGI a la IA–, el presente libro investiga lo que significa para nosotros vivir rodeados de flujos de imágenes y ojos maquínicos. Con una inteligente y atractiva argumentación, Zylinska aúna la teoría de los medios y la neurociencia. Su «máquina de percepción» designa un universo técnico de imágenes y sus infraestructuras, pero también se refiere a la condición sociopolítica resultante de la automatización actual de la visión, la creación de imágenes y la imaginación.