El afán actual por adaptar la educación a los incesantes cambios de la sociedad nos hace olvidar el incalculable valor de la sabiduría clásica. Pero ¿y si invitásemos a nuestros jóvenes a escuchar voces de largos ecos como las de Homero, Hesíodo, Sócrates, Platón o Aristóteles en lugar de prestar atención a la última tendencia en TikTok?
Los referentes que durante milenios han guiado a la humanidad hacia las cotas más altas de virtud están siendo reemplazados por la mediocridad de algunos influencers que venden éxito sin esfuerzo, mensaje sin sustancia y felicidad efímera. Sin embargo, la capacidad de transformación y elevación de modelos como el de Aquiles no puede ser sustituida por los famosos de las redes sociales.
Eduardo Infante acude a los grandes filósofos del mundo clásico para destacar la vigencia de la virtud, una cualidad que da sentido a nuestras vidas. El autor se pregunta cómo alcanzarla y transmitirla a las futuras generaciones, si es un don innato o si podemos aprenderla. Un libro de referencia para alumbrar un futuro más humano en el que vivamos con propósito. Mientras haya alguien que quiera conocer los textos de la antigüedad no se apagará en nosotros ese fuego que nos impulsa a amar todo lo noble, digno y elevado que hay en el mundo.
La «Historia del pensamiento» de Jesús Mosterín está integrada por libros monográficos autónomos que se caracterizan por la frescura de la mirada, el enfoque interdisciplinar, la relevancia actual, la lucidez del análisis y la claridad de la exposición. En su conjunto, la serie ofrece una panorámica única y completa de la evolución de las ideas filosóficas, religiosas, científicas y políticas, situadas en su contexto social. El volumen dedicado a Aristóteles trata monográficamente del más famoso e influyente de los filósofos, un sabio de inteligencia serena y raro sentido común, fundador de casi todas las disciplinas filosóficas. Tras un capítulo inicial que narra su vida, el resto del libro presenta los diversos aspectos de su obra: la poética, la retórica, la dialéctica, el lenguaje, la lógica formal, la ciencia, el cambio, la cosmología, la zoología, los principios, la ontología, la teología, la ética y la política.
William Morris es una de las figuras culturales y políticas más importantes de la Inglaterra de finales del siglo xix. Su labor se extendió por la poesía, la pintura, la novela, el grabado, la edición, la decoración y un largo etcétera de «facetas» a las que hay que sumar la de socialista y revolucionario durante las últimas décadas de su vida. Sin embargo, Morris siempre estuvo convencido de que a través de la arquitectura se podían conjugar todos estos aspectos parciales en una actividad artística que en verdad estuviera unida a la vida de las gentes y facilitara tanto las relaciones sociales como la expresión artística de la comunidad de la que salía. Sobre esta convicción, Morris desarrolló a lo largo de toda su vida una deslumbrante labor teórica acerca del papel social de la arquitectura, así como de la forma en que se crean, suceden y decaen los diferentes estilos, cuyas particularidades serían consecuencia del estado de las relaciones sociales, culturales y económicas concretas de cada sociedad en el tiempo.
Aunque Morris nunca recopiló sus ensayos sobre el tema, esta preocupación por la arquitectura recorrió toda su obra y le inspiró algunos de sus textos más importantes. La presente antología recoge una amplia selección razonada de estos escritos, muchos de ellos inéditos en castellano hasta la fecha.
Albert Einstein pensaba que únicamente las personas lo suficientemente locas como para pensar que podían cambiar el mundo lo cambiarían realmente. En las últimas décadas hemos avanzado en la comprensión de la locura no como irracionalidad, sino como una forma diversa de pensamiento, fuera de la norma y capaz de alumbrar nuevas interpretaciones y visiones de nuestro entorno. Lamberto Maffei nos adentra aquí en los caminos entrecruzados del arte y el cerebro y nos ofrece las historias de algunos artistas locos que mejoraron la vida con su creatividad y su verdad. El resultado es una imagen novedosa y auténtica de la naturaleza humana que pone en el centro la fragilidad, la búsqueda de la belleza y el miedo a la muerte y al infinito.
Ralph Waldo Emerson, fue uno de los padres fundadores de la regeneración de la literatura americana del siglo XIX, y junto a David Thoreau o Walt Whitman, desarrollaron la filosofía del trascendentalismo: un nuevo pensamiento místico y pragmático que puso toda su confianza en el ser humano como individuo y creyó en la intuición y la integridad de uno mismo como fuente de sabiduría.
Autómatas espermáticos es una delirante narración que transcurre esencialmente en la mente de Osmodiar, personaje cuyo hastío y desasosiego existencial nos conducen a una lúcida metafísica del "estar-hasta-los-güevos" de la cotidiana, implacable y en ocasiones divertida batalla de la existencia. Su ontología del asco diario lo lleva a desentrañar de manera punzante aquello que nunca ha soportado, pero sin lo cual le sería imposible saber dónde terminan él y su conciencia y dónde empieza 'lo otro': el mundo mismo y los seres que lo pueblan. Pero se trata aquí de una extensa concepción del mundo que se permite incluir la velada pero firme presencia de potencias que se inscriben en el orden de lo divino y lo sagrado, y que inciden de manera definitiva en los asuntos humanos, sin importar el que los hombres quieran (puedan) reconocerlas o no.