La libertad no es el orden natural de la humanidad. En la mayoría de lugares y de épocas, los fuertes han dominado a los débiles y la libertad ha sido aplastada por la fuerza o por las costumbres y las normas. A menudo los Estados no han tenido la suficiente capacidad para proteger a los individuos o, por el contrario, han sido tan fuertes que la gente no ha podido defenderse de su despotismo.
La libertad sólo surge cuando se logra un equilibrio delicado y frágil entre el Estado y la sociedad. El pasillo que lleva a la libertad es estrecho y sólo puede recorrerse si se produce una lucha constante entre el Estado y la sociedad. Pero, ¿en qué consiste esa lucha?
En un recorrido fascinante que nos lleva del mundo árabe en tiempos de Mahoma a las ciudades-Estado de la Italia medieval, de la Latinoamérica de las dictaduras a la Suecia que inventó la socialdemocracia, de la caótica República de Weimar a la China imperial, El pasillo estrecho nos introduce en el que tal vez sea el proceso más fascinante de la historia: el de la obtención de la libertad. Una libertad que solo puede existir cuando la sociedad cuestiona el poder del Estado y de las élites, pero también cuando, al mismo tiempo, existe un Estado robusto capaz de defender nuestros derechos cuando estos se ven amenazados.
En los albores de la Primera Guerra Mundial, un joven académico llamado John Maynard Keynes montó en el sidecar de la motocicleta de su cuñado para iniciar un viaje extraño y frenético que cambiaría el curso de la historia. Tras dejar atrás su plácida vida en la Universidad de Cambridge, Keynes se vio empujado a los pasillos de los ministerios de hacienda europeos para tramitar préstamos de emergencia y, tras ello, enviado a Estados Unidos para negociar los términos de la lucha económica durante el conflicto. El terror y la ansiedad desatados por la Gran Guerra lo convertirían en el intelectual más influyente y controvertido de su época, un hombre cuyas ideas aún conservan el poder de influir en nuestro tiempo.
El economista y yo, conversando está escrito bajo la técnica del diálogo directo, utilizada por primera vez en una obra de economía, al menos en la República Dominicana, explicó el economista Vásquez. Destacó que con esa técnica narrativa los interlocutores asumen roles distintos y toman el papel de coautor, en la mayoría de las veces representando a personas reales y pocas son imaginarias.
Cada uno de los diálogos es independiente uno de otro, con inicio y fin, razón que le permite al lector adentrarse al libro a través de una conversación, sin importar la página que seleccione.
La lectura de El economista y yo, conversando, resulta ligera, porque el autor a pesar de utilizar con rigor técnico el lenguaje de la profesión, logra desarrollar los diálogos en forma coloquial, auxiliándose en varios casos de conceptos de otras áreas del saber.
En este libro refrescante e ideal para el momento que vivimos, los premios Nobel Duflo y Banerjee descubren al lector hasta qué punto la economía, cuando se ejerce bien, puede resolver nuestros problemas sociales y políticos más acuciantes. Tenemos los recursos para afrontar todos los retos, de la inmigración a la desigualdad o a la emergencia climática, pero la ideología nos ciega con demasiada frecuencia.
¿Por qué las migraciones no siguen las leyes de la oferta y la demanda? ¿Por qué la liberalización del comercio puede aumentar el desempleo y bajar los salarios? ¿Por qué nadie ha logrado explicar de manera convincente las condiciones necesarias para el crecimiento?
Las experiencias de las últimas décadas no han ofrecido una imagen amable de los economistas: dormidos al volante (con el pie en el acelerador) en el periodo previo a la gran recesión, discutiendo después sobre cómo salir de ella, o haciendo oídos sordos a las voces de alarma sobre la difícil situación de Grecia o la zona euro, parecen haber perdido la capacidad de orientarnos. Sin embargo, Duflo y Banerjee defienden el papel de los economistas, así como el intervencionismo inteligente y la búsqueda de una sociedad basada en la empatía y el respeto. Este libro es un verdadero antídoto contra el discurso polarizado.
50 cosas que hay que saber sobre economía nos presenta y aclara las ideas básicas de la economia en 50 pequeños ensayos claros y atractivos. Empezando por los más básicos, como «la mano invisible» de Adam Smith y concluyendo con las últimas investigaciones sobre economía, salud y felicidad, el autor nos orienta sobre temas esenciales para entender cómo funciona realmente el mundo económico.
A través de ejemplos tomados de la vida real y comentarios de reputados economistas, el libro ofrece una visión fascinante de todo el panorama económico y de cómo éste influye en nuestras vidas, desde la compra de una casa al precio del petróleo o el pago de impuestos.
Las respuestas a varias preguntas de la actual coyuntura económica
Solemos dar por sentado que las grandes decisiones económicas y financieras se toman desde el análisis y la observación de los datos micro y macroeconómicos.
No obstante, lo cierto es que, más a menudo de lo que creemos, son factores psicológicos e irracionales, en forma de intuición, miedo, desconfianza, fe... los que están detrás de los comportamientos de economistas, financieros, políticos o inversores.