Siglo XVI. Una nueva desaparición. Dos gremios enfrentados. Unas mujeres dispuestas a imponer la única ley posible, la ley del valle.
Una lluviosa noche de 1577, el carbonero Domingo Harria sale de su caserío hacia la ferrería de Mirandaola, donde sus dueños, los Plazaola, lo están esperando. Asencia, su mujer, descubre a la mañana siguiente que Domingo no ha regresado a casa, y da la voz de alarma. No es la primera vez que alguien desaparece en el valle; tampoco será la última.
Tras varios días sin noticias, Asencia acude a la ferrería en busca de alguna pista sobre el paradero de su marido, pero, aunque allí le aseguran que Domingo nunca acudió a la cita, ella está convencida de que los Plazaola mienten. Su gremio nunca ha sido de fiar.
Años más tarde, cuando todo el valle parece haber olvidado a Domingo, salvo Asencia, aparece en su vida Jurdana, una joven de origen desconocido que no solo guarda un gran secreto, sino que huye de un pasado al que, tarde o temprano, deberá hacer frente. Solo espera no tener que hacerlo sola.
Se propugna por un modelo de elecciones unfiicadas en un mismo día, por razones políticas, electorales, de racionalidad del gasto público y de urgencia de que las entidades político-partidarias rescaten la formación política y educación integral; así como en la organización de agendas programáticas de sus militantes; recurran a la realización de debates, reflexiones y reformas con el tiempo y la meditación necesarios que de algún modo se ven obstaculizados por procesos constantes de selección de candidaturas y jornadas electorales frecuentes y prolongadas. Además, porque el cortoplacismo que imponen los intereses partidarios en un ambiente de elecciones constantes dificulta las posibilidades de diálogos interpartidarios que viabilicen el impuso de las reformas que podría necesitar el país.
«Si algún poeta dominicano significa o representa la pasión en su más alto grado ese es Rafael Valera Benítez, aunque su obra poética no es amplia, pero sus poemas contienen una fuerza telúrica reveladora. Era un deslumbrante maestro del soneto y, cuando escribía versos libres, siempre versículos que recuerdan a Whitman o a Claudel, la musicalidad avasalladora de sus páginas es como un volcán ciego, río de lava quemante que fluye hasta reencontrarse y reconciliarse consigo mismo». —Radhamés Reyes Vásquez
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Tras una cita a ciegas desastrosa, Darcy Lowell no puede esperar a que su hermano se canse de hacer de celestina. El amor, y el inevitable desamor, es lo último que está buscando; así que miente y dice que su última cita ha sido todo un acierto, sin esperar que su mentira pueda verse descubierta.
Elle Jones, una de las astrólogas que hay detrás de la popular cuenta de Twitter Oh MyStars, sueña con encontrar a su media naranja. Pero sabe de sobra que no es Darcy, una remilgada, demasiado analítica, puntual y escéptica para alguien de espíritu tan libre como ella. Cuando el hermano de Darcy, su nuevo compañero de negocios, le dice lo contento que está con que su cita haya ido bien, Elle no sabe cómo reaccionar. ¿Estuvieron en la misma cita?
Darcy le pide a Elle que continue con la mentira y Elle accede con una condición: Darcy tiene que ayudarla a sobrevivir a su familia durante las Navidades. Pero lo que ninguna de las dos espera es que los sentimientos florezcan durante una relación falsa.
Quizá los opuestos sí se atraen, cuando el amor está escrito en las estrellas…
Si hay algo que nos reúne como sociedad, es la bicicleta: todos la hemos montado alguna vez. Cada uno de nosotros tiene el recuerdo de aprender a montar y, al hacerlo, descubrir una nueva forma de relacionarse con el mundo, con los otros y con uno mismo. En su humildad, la bicicleta nos pone en armonía con el tiempo y el espacio que habitamos.
Fuertemente enraizada en nuestro imaginario cultural, goza de una doble dimensión mítica: colectiva e individual. Colectiva porque, desde mitades del siglo XX, constituye la forma de transporte de las clases obreras; e individual, pues ciclistas como Induráin o Coppi se alzan como verdaderos héroes ante la mirada del público. Ya Barthes, en sus Mitologías, analizó la manera en que los deportistas de élite se transforman en mito, aunque hoy esa idealización esté en parte mancillada por el dopaje.
No obstante, ahora la bicicleta regresa con fuerza a las ciudades, gracias a las nuevas políticas urbanísticas. Su imagen es objeto de un renovado entusiasmo popular, como atestiguan Barcelona y París. La bicicleta se alza, pues, como proyecto de futuro, como guía hacia un ideal utópico de ciudad en la que las exigencias de los ciclistas lograrán doblegar a los poderes políticos.