Pocas veces se puede narrar cómo el genio de un individuo cambió el curso de la historia humana a escala global. Lenin. El hombre que cambió el mundo cuenta el periplo vital del creador del primer Estado fruto de un diseño intelectual. Lenin, como nadie antes, supo interpretar el comportamiento y la reacción de las personas y, así, erigir desde la nada un poder político nunca antes visto. Con él nació el primer Estado socialista. A través de su breve vida, el lector descubrirá una época apasionante donde los acontecimientos en torno al protagonista son favorables al gran cambio que tenía entre manos.
In the near future, England has become a corrupt, totalitarian state, opposed only by V, the mystery man wearing a white porcelain mask who intends to free the masses through absurd acts of terrorism.
Hace días que en el Abrevadero de Margot, donde se reúnen los chuchos del barrio, nada se sabe de Teo y de Boris el Guapo. Sus colegas presienten que detrás de su desaparición hay algo oscuro, siniestro, que los mantiene en alerta. Lo ocurrido no puede ser nada bueno; lo sospechan todos y lo sabe su amigo el Negro, luchador retirado con cicatrices en el hocico y en la memoria. Para él es cuestión de instinto, de experiencia en sobrevivir las situaciones más difíciles. Eso lo lleva a emprender un peligroso viaje al pasado, en busca de sus amigos.
En esta obra clave queda plasmada la original cosmovisión simbólica de Hugo Rahner, la cual llegó a caracterizarse como un «universalismo culminando en Cristo»: una visión en la que el mundo y todas sus manifestaciones son ideados como símbolos del espíritu. Las verdades universales que el ideario de la Antigüedad griega con toda su riqueza en símbolos e imágenes revistió en sus mitos imperecederos revelan su auténtico significado tan sólo al ser contemplados a la luz de las claves del cristianismo.
El presente estudio se inscribe en el espíritu de las Jornadas Eranos, organizadas en Ascona, y es fruto de las aportaciones de Hugo Rahner entre 1940 y 1945 a aquellas célebres tertulias altamente influyentes de pensadores eruditos comprometidos con el ansia de fomentar la dimensión espiritual del ser humano en el mundo moderno. En esta obra clave queda plasmada la original cosmovisión simbólica de Hugo Rahner, la cual llegó a caracterizarse como un "universalismo culminando en Cristo": una visión en la que el mundo y todas sus manifestaciones son ideados como símbolos del espíritu. Las verdades universales que el ideario de la Antigüedad griega con toda su riqueza en símbolos e imágenes revistió en sus mitos imperecederos revelan su auténtico significado tan sólo al ser contemplados a la luz de las claves del cristianismo. El estudio de Rahner es por ello una suerte de "psicagogía cristiana antigua", que despliega una labor hermenéutica realmente extraordinaria, la cual, a la par con la fuerza poética del lenguaje, convierten esta obra en un clásico fundamental. Como tal ha sido redescubierta en los últimos años y hay quienes la consideran, conjuntamente con otros escritos teológicos de Hugo Rahner, como insignia de la integración espiritual europea y de una teología de Occidente en estos tiempos determinados por el encuentro del cristianismo con las otras grandes religiones del mundo.
La sociedad del cansancio puede considerarse una de las obras más emblemáticas de Byung-Chul Han. En ella, con una visión casi profética, se presentan los grandes temas que el filósofo surcoreano desarrollaría luego durante más de una década, alcanzando celebridad mundial. En conmemoración de toda esa trayectoria filosófica, y por su rotunda actualidad, volvemos a presentar ahora esta obra en una nueva traducción.
Byung-Chul Han detecta que en las últimas décadas se ha producido en nuestras sociedades occidentales avanzadas un cambio de paradigma y que la anterior sociedad disciplinaria --basada en imperativos y prohibiciones externos-- ha pasado a ser una sociedad del rendimiento, en la que los individuos se afanan por explotarse a sí mismos. Si antiguamente el quebrantamiento de la norma acarreaba el castigo, ahora el incumplimiento del anhelo provoca frustración.
Cifrar la plenitud personal y el sentido de la vida en la incesante autoexigencia de rendir cada vez más conlleva como resultados culturales la nivelación de todas las diferencias, el infierno de lo igual y la pura positividad. Como consecuencias psicológicas acarrea cansancio, aburrimiento e indiferencia y como secuelas psiquiátricas ocasiona diversos síndromes: de hiperactividad, impaciencia, desatención y agotamiento. De este modo, el precio vital exige la renuncia al ánimo festivo, a la pura celebración de la vida.
Durante el año académico 1960-1961, Jacques Derrida, entonces asistente de filosofía general y lógica en La Sorbona, lleva a cabo una lectura de la frase de Alain: «Pensar es decir no».
Este curso magistral de cuatro sesiones muestra ya los signos de la escritura deconstructiva que estaría por venir. En él, Derrida desmonta qué queremos decir cuando decimos «sí» o «no», además de formular y plantear por primera vez el binomio «sí no», elemento básico y originario del acto de pensar.
Frente a este texto, se tiene la impresión de estar ante cuestiones fundamentales del pensamiento de Derrida, que aún hoy conservan su relevancia en una época en la que a menudo resulta difícil distinguir entre pensamiento y creencia.
Redactado a mano por Derrida durante la guerra de independencia de Argelia, y hasta ahora inédito, Pensar es decir no es el texto más antiguo del corpus derridiano que ve la luz gracias a una importante labor editorial.