Aitana tiene las cosas claras, los pies en la tierra y una meta muy precisa: su carrera. No cree en el amor a primera vista y ni siquiera entra en sus planes enamorarse. Por eso no entiende cómo unos cimientos fuertes pueden tambalearse tan rápido cuando reaparece en su vida el maldito Daniel con una aplastante seguridad en sí mismo y bastantes ganas de sacarla de sus casillas. Y es que, por mucho que recurra a su leal Aquelarre, su grupo de amigas de la infancia, e intente con empeño alejarse de él, la atracción por ese peligro hecho hombre será irresistible.
Todos experimentamos momentos de plenitud vinculados a la expresión directa y auténtica de nosotros mismos: momentos de contemplación de la belleza del mundo en que nuestros sentidos se abren como si lo vieran por primera vez, de intimidad y comunión con otro ser humano, de fluidez creativa, de expresión confiada y libre… Estos momentos permiten intuir lo que puede ser una vida en la que no meramente se existe, sino en la que se vive en todo el sentido de esta palabra.
Esta vida solo es posible cuando sabemos quiénes somos, cuando nos conocemos a nosotros mismos de modo experiencial: no cuando nos llenamos de ideas sobre nosotros, sino cuando nos asentamos en nuestro ser real, más allá de nuestras defensas, máscaras y falsos yoes.
Dicen que la pasión del primer romance no se olvida nunca. La primera muerte, tampoco.
Jeime siempre ha visto el mundo de una manera diferente a los demás. Sueña con salir de El Pueblo Rodeado Por Nada para vivir una de esas vidas que ve en las películas y los libros que lee con su mejor amiga Marianne. Lo que éste no sabe, es que tras la misteriosa y repentina desaparición de una compañera de clase, y sus crecientes conversaciones con Otis hasta bien entrada la madrugada, su vida ya se asemeja a una de esas historias que merecen la pena ser contadas.
Una novela sobre cómo algunas personas ven colores en una escala de grises. Y de cómo nadie ha de parar eso. Nunca.
«¡El horror!. [...] Aquella fue la expresión de algún tipo de creencia; había en ella franqueza, convicción, una nota vibrante de rebeldía en el susurro, y el rostro atroz de una verdad vislumbrada: la extraña mezcla de deseo y de odio».
Publicada originalmente en 1899, El corazón de las tinieblas es una de las obras que definen el siglo XX. En ella, el marinero inglés Charlie Marlow narra a cuatro amigos la travesía que realizó tiempo atrás remontando un río africano en busca de un personaje misterioso: Kurtz, jefe de una explotación de marfil que puede haber cruzado la línea que separa el bien del mal para entregarse a una locura atroz. El corazón de las tinieblas puede leerse como una novela de aventuras o como exploración descarnada de los excesos del colonialismo, pero es, sobre todo, un viaje a las profundidades más oscuras de la condición humana.
Cuando se conmemora el centenario de la muerte de Joseph Conrad, esta edición, con traducción del escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez, rinde homenaje al autor polaco y a su novela más célebre, uno de los pocos mitos genuinos de nuestro tiempo. Como afirma Vásquez en el prólogo, El corazón de las tinieblas es «una de las ficciones más ambiguas, inasibles y enigmáticas de nuestra tradición, uno de esos libros son muy pocos sin los cuales sabríamos menos. Aunque es verdad: en este libro se cuentan cosas que preferiríamos no saber. Tal vez por eso lo seguimos necesitando».
A todos nos han dado consejos que supuestamente nos ayudarían a estar más sanos. Comer cada tres horas, dejar los carbohidratos, evitar la fruta porque tiene mucho azúcar… se han posicionado en nuestra sociedad como verdades inamovibles, pero ¡son mitos!
El doctor Nicolás Soto, con ingenio, inteligencia y chispa, revisa cada una de estas creencias, derrumba mito tras mito, y nos ayuda a tomar las riendas de nuestra salud para que no volvamos a caer en las mentiras que se han masificado gracias al poder de la industria alimentaria y la farmacológica.
En su último año de instituto, Maya quiso desaparecer: su relación con Marcos, el amor de su vida, se truncó de repente sin más explicaciones a las puertas de tomar una decisión crucial: abandonar a su madre y su ciudad natal para perseguir su sueño de estudiar Publicidad en Málaga.
Nueve años más tarde, ha conseguido lo que se proponía y es la directora de arte de GLLAM, una revista de moda y tendencias de recorrido internacional, con oficina en España en el hermoso centro de Málaga. Maya se ha convertido en una profesional respetada a la que no le faltan retos, pero aquel amor fallido le ha dejado una huella de inseguridades que ni Julio, su mejor amigo y compañero de piso, un tipo alegre y enamoradizo, logra borrar.
Ni Julio ni Maya quieren enamorarse, el dolor de su pasado los persigue. Tienen una regla de oro: «No repetiremos con la misma persona y adoraremos al prójimo para evitar caer en más tentaciones. Mónica Naranjo, líbranos del compromiso. Amén».