Penny Albright es una hija del aquelarre de las espinas, forzada a recorrer el velo entre el reino de la Vida y el reino de la Muerte. Cada noche, una bruja de las espinas, y solo una, debe cruzar el velo y para ello arde en la hoguera. Cada mañana, esa bruja vuelve a vivir gracias a la magia. No seguir estas reglas pone en peligro el velo y supone un riesgo para todas. Pero, una mañana, Penny ve que su hermana favorita, Ella, no regresa. Esa misma noche, decidida a encontrarla, Penny rompe las reglas. Arde en secreto. Y descubre que algo extraño está sucediendo. Su viaje la conduce hasta Malin, un poderoso noble con muchos secretos, y hasta Alice, una misteriosa profetisa cautiva. También descubre que hay una rebelión que se está preparando entre las sombras que hay bajo la ciudad. Y Penny va a tener que tomar una decisión devastadora, porque no es solo la vida de su hermana de aquelarre la que está pendiendo de un hilo. Es el destino de toda la magia. Solo hace falta una bruja, y una hoguera, para que el mundo entero arda.
Mi vida estaba compuesta de brillantes mentiras, pero de la decadencia surgió la muerte. Y como un fénix llameante, ahora debo alzarme de entre mis cenizas y aprender a utilizar mi poder. Porque ya no estoy en ninguna jaula y soy libre de escapar del reino helado en el que me han mantenido presa.
Sin embargo, el mundo no me lo permite. Es lo que sucede cuando te opones a un monarca: su gente se opone a ti.
Por fortuna, tengo a otro rey de mi lado. No obstante, incluso con el temible Slade Ravinger apoyándome, los otros regentes están decididos a acabar conmigo. De modo que lucharé por él, y él matará por mí...
Cansada de la estresante vida de la ciudad, Laura decide trasladarse con su pareja a una casa en Nevà, un pequeño pueblo de los Pirineos. La idea es pasar tres meses de prueba antes de atreverse a dar el gran salto y, tal vez, mudarse de forma definitiva.
Pronto se reencontrará con todo un ecosistema muy familiar y que casi había olvidado: el de su infancia en la fría tierra de Teruel rodeada del lenguaje de las flores, los árboles y las plantas, así como el de toda una estirpe de mujeres comprometidas con el amor y el conocimiento de la naturaleza que le inocularon el «furor botánico». Su bisabuela Pilar, que curaba los desánimos con azafrán y la planta de San Juan; su abuela Carmen, con la que Laura recogía la aceituna; su madre, que sigue mandándole alcoholes para friegas, y su hermana Marina, que calma las rabietas de su hija con aceites esenciales.
Entre recuerdos entretejidos con espléndidas ilustraciones, paseos por los senderos de los bosques para recoger setas, proyectos para su nueva casa y consejos para ajardinar nuestras vidas, Laura nos descubre la exuberante bondad del universo de las plantas.
La idea de futuro a veces nos asusta con escenarios apocalípticos. En otras ocasiones, se ofrece como una oportunidad de redención, como si fuera posible resolver, más adelante y por arte de magia, todos los problemas del presente. En todo caso, las ilusiones nos alejan de lo que está a nuestro alrededor. En esta nueva colección de textos, Ailton Krenak nos provoca con la radicalidad de su pensamiento insurgente, que desplaza al sentido común e invoca la maravilla. Dice Krenak: «Los ríos, esos seres que siempre habitaron los mundos en diferentes formas, son quienes me sugieren que, si hay un futuro a pensar, ese futuro es ancestral, porque ya estaba aquí».