Bella y oscura narra la infancia vivida y soñada de una niña que viaja desde la soledad del orfanato hasta el marginal Barrio, donde la acoge una singular familia: doña Bárbara, su abuela, mujer de poderosa presencia; Amanda, su tía, sometida a Segundo, un marido pendenciero; Chico, su primo, taciturno observador de la actividad del Barrio; Airelai «la katami», la diosa-niña, la enana que conserva intacta la imaginación y la magia; y, finalmente, Máximo, el esperado padre, admirado por todos.
Esta novela no puede leerse sin sentirse conmovido y atrapado por el relato alegórico de lo que poseemos sin haberlo conquistado: la sabiduría de la infancia. Es la evocación de un tiempo pasado, solitario, germen necesario de la libertad; es la belleza que la fantasía extrae de la crueldad y de los inocentes olvidos de la niñez.
Un hombre conduce sin un rumbo en mente, hasta que su coche queda atascado al final de una pista forestal. Es una tarde de finales de otoño, ya casi no hay luz y comienza a nevar. En lugar de volver caminando hacia atrás en busca de ayuda o quedarse en el coche, de forma imprudente y sin saber muy bien por qué, el hombre decide adentrarse en el bosque. Inevitablemente, se pierde, y la noche sigue avanzando. Cuando el agotamiento y el frío empiezan a vencerlo, vislumbra un extraño resplandor en medio de la oscuridad.
Blancura es la última novela de Jon Fosse. El autor galardonado con el Nobel arrastra al lector en una narración enigmática, inquietante e hipnótica: una lectura tan breve como intensa.
En Leopardo Negro, Lobo rojo, Sogolon, la Bruja Luna, demostró ser un personaje secundario fascinante: una hechicera de 177 años con sus propios intereses, que supo encandilar al público lector y que fue un digno adversario para el Rastreador durante la búsqueda del misterioso niño desparecido. En Bruja Luna, Rey Araña, ha llegado su turno: Sogolon adquiere el protagonismo y ofrece su propia versión de lo ocurrido, su propio relato de lo que le sucedió al niño, de cómo planeó y luchó, triunfó y fracasó en esa búsqueda. Pero esta novela es también la historia de una enemistad de un siglo entre Sogolon y Aesi, el canciller del rey, un personaje oscuro, letal y poderoso, a quien no es fácil desafiar. Sogolon lo hace por sus propios motivos.
En un giro narrativo brillante, Bruja Luna, Rey Araña muestra la historia contada en Leopardo Negro, Lobo Rojo desde la perspectiva de esta mujer indomable que no se inclina ante ningún hombre, mientras ahonda en la lucha que se desarrolla en el interior del imperio.
Una fascinante constelación formada por siete relatos y una novela corta protagonizados por personajes femeninos.
Canoas reúne una novela corta y siete relatos que orbitan a su alrededor y están interconectados entre sí por vínculos subterráneos. Hay dos hilos que entrelazan las historias: la presencia de voces ―sus ecos, sus reverberaciones― y de personajes femeninos, protagonistas de estas narraciones.
Publicado en 1855 dentro de la primera edición de Hojas de hierba (de la que ocupaba más de la mitad del volumen), primero sin título y un año después bajo la denominación «Poema de Walt Whitman, un americano», Canto a mí mismo es, como dice León Felipe, el momento más luminoso de Walt Whitman, la obra que contiene su doctrina y su mensaje. Es «su gran poema polifónico», en el que «no falta ningún instrumento, ningu- na voz, ningún paisaje...». En efecto, todos los grandes temas en torno a los cuales se articula la inspiración de Whitman se hallan presentes en el Canto: Dios, la naturaleza, el cuerpo, la vida y la muerte, el amor, la camaradería... La voz del ‘magnífico haragán’, del infatigable vagabundo, del camarada universal, vuelve otra vez a sonar sobre los tejados del mundo. Esta vez su palabra se ofrece en edición bilingüe a cargo de Enrique López Castellón, que añade un extenso e interesan- tísimo estudio sobre el poeta, su vida, su pensamiento y su obra.