Un mundo en la oscuridad.
Una chispa ardiente.
Un fulgor de las estrellas.
Bryce Quinlan nunca esperó ver otro mundo diferente a Midgard, pero, ahora que lo ha hecho, lo único que quiere es regresar a su hogar. Todo lo que ama está en Midgard: su familia, sus amigos, su pareja. Atrapada en un mundo extraño, necesitará hacer acopio de todo su ingenio para poder volver a casa... y no será una tarea fácil, porque no tiene ni idea de en quién puede confiar.
Hunt Athalar se ha visto envuelto en bastantes líos a lo largo de su vida, pero este podría ser el más complicado. Después de conseguir todo lo que siempre quiso, ahora está de nuevo encerrado en los calabozos de los Asteri, sin conocer el paradero de Bryce. Está desesperado por ayudarla, pero mientras no pueda escapar del yugo de los Asteri, tiene las manos atadas. Literalmente.
En esta atractiva y emocionante secuela de Casa de tierra y sangre y Casa de cielo y aliento, la serie de Ciudad Medialuna alcanza un nuevo clímax.
Annaleigh vive una vida privilegiada en su mansión de Highmoor frente al mar con sus hermanas, su padre y su madrastra. Una vez fueron doce, pero la soledad reina en los majestuosos salones ahora que las vidas de cuatro de las jóvenes han llegado a su fin. Cada muerte fue más trágica que la anterior y en los pueblos de alrededor corren rumores de que la familia está maldecida por los dioses.
Acosada por una serie de visiones, Annaleigh comienza a sospechar que las muertes no fueron accidentes. Desde hace tiempo, sus hermanas se escabullen cada noche para asistir a deslumbrantes fiestas bailando hasta el amanecer con sus vestidos de seda, y Annaleigh no está segura de si intentar detenerlas o unirse a ellas en sus encuentros prohibidos. Porque ¿quién (o qué) está en realidad bailando con ellas?
Y, cuando Annaleigh conoce a un misterioso desconocido que guarda sus propios secretos, sus sospechas se convierten en una carrera para revelar la oscuridad que ha caído sobre su familia... antes de convertirse en su próxima víctima.
Empress Margaraux has had plans for her daughters since the day they were born. Princesses Sophronia, Daphne, and Beatriz will be queens. And now, at age sixteen, they each must leave their homeland and marry their prince.
Beautiful, smart, and demure, the triplets appear to be the perfect brides—because Margaraux knows there is one common truth: everyone underestimates a girl. Which is a grave mistake. Sophronia, Daphne, and Beatriz are no innocents.
Las cosas están a punto de ponerse muy complicadas en Nueva Orleans. Ivy Morgan no es una universitaria cualquiera, ni su vida es tan tranquila como podría ser la de una chica de su edad Ella pertenece a la Orden, una organización secreta encargada de combatir hadas y otras criaturas diabólicas que se mueven por el Barrio Francés de Nueva Orleans. Cuatro años atrás, esas criaturas le arrebataron a las personas que amaba Y desde entonces no puede permitirse querer a nadie. En un trabajo como el suyo los vínculos emocionales están prohibidos. Entonces aparece Ren Owens, con sus ojos verdes y su metro noventa de tentación, a desestabilizar las barreras que ella misma se había impuesto Y es que Ren es la última persona que Ivy necesita en su vida. Bajar la guardia con él es tan peligroso como ir a la caza de las hadas infernales que asolan las calles. Ivy necesita algo más que las exigencias de su deber, pero ¿valdrá la pena abrir su corazón? ¿O quizás el hombre, que reclama su alma y su corazón, podría causarle más daño incluso que los seres antiguos que amenazan la ciudad?
Darling Seabreak cannot remember anything before the murder of her family at the hands of House Dragon, but she knows she owes her life to both the power of her Chaos Boon and House Kraken for liberating her from the sewers where she spent her childhood. So when her adoptive Kraken father is captured in battle, Darling vows to save him—even if that means killing each and every last member of House Dragon.
Talon Goldhoard has always been a dutiful War Prince for House Dragon, bravely leading the elite troops of his brother, the High Prince Regent. But lately his brother’s erratic rule threatens to undo a hundred years of House Dragon’s hard work, and factions are turning to Talon to unseat him. Talon resists, until he’s ambushed by a fierce girl who looks exactly like the one his brother has painted obsessively, repeatedly, for years, and Talon knows she’s the key to everything.
Together, Darling and Talon must navigate the treacherous waters of House politics, caught up in the complicated game the High Prince Regent is playing against everyone. The unlikeliest of allies, they’ll have to stop fighting each other long enough to learn to fight together in order to survive the fiery prophecies and ancient blood magic threatening to devastate their entire world.
Scars exist to remind us of what we’ve survived.
DETACHED
Since Shelbi enrolled at Windward Academy as a senior and won’t be there very long, she hasn’t bothered making friends. What her classmates don’t know about her can’t be used to hurt her—you know, like it did at her last school.
WASTED
Andy Criddle is not okay. At all.
He’s had far too much to drink.
Again. Which is bad.
And things are about to get worse.
When Shelbi sees Andy at his lowest, she can relate. So she doesn’t resist reaching out. And there’s no doubt their connection has them both seeing stars . . . but the closer they get, the more the past threatens to pull their universes apart.