Las razones por las cuales un hijo decide no seguir manteniendo una relación directa y regular con el progenitor que no tiene su cuidado personal, las causas por las cuales una niña opta por odiar a su madre sin motivos aparentes o la razón por la que un padre se transforma, de un día para otro, en un "progenitor en la mira" (targeted parent) y cuál es la respuesta de la legislación de familia, es lo que intenta determinar ese libro.
Grandes obras de la literatura, de la historia, y a obras de arte, de las que Sassoon se sirve para ilustrar aquello sobre lo que teoriza.
Donald Sassoon, uno de los historiadores e intelectuales públicos más eminentes de Europa, ha estado observando los acontecimientos de los últimos años con creciente ira y consternación, preguntándose cuáles son los rasgos de la crisis actual que parece estar condenando al declive a la civilización occidental. El resultado es esta obra palpitante y accesible, fruto de una avanzada comprensión histórica pero también de una compleja polémica, deslumbrantemente internacional en su alcance y referencia, que analiza todo lo que está yendo mal en el mundo, y las inequidades manifiestas del liberalismo de mercado a principios del siglo xxi.
¿Cuándo y por qué se fundó el Estado de Israel? ¿Y por qué allí? ¿Qué ideas le subyacen?, ¿qué causas y aspiraciones respaldan tan magno acontecimiento de la historia universal?
Las páginas de este volumen ofrecen respuestas a las interrogantes planteadas, revelando, además, los fundamentos de algunos de los motivos que influyen en las consecuencias ligadas al éxito en la empresa de establecer un Estado judío.
Leo Pinsker y Theodor Herzl, los visionarios tras las palabras recopiladas en este volumen, protagonizaron una notable revolución intelectual y práctica al transformar lo que hasta el siglo XIX había sido un anhelo religioso, cristalizado en una fórmula de esperanza, en una destacada impronta política.: el año próximo en Jerusalén. Huella que les llevó a trascender el judaísmo confiriéndole una significación universal. La instauración de un Estado propio significaba, en efecto, no sólo emancipar al pueblo judío de los gentiles que los dominaban, sino, y esto es mucho más decisivo, del propio Dios que lo humillaba por medio de esos mismos gentiles y de la esperanza mesiánica de la segunda venida del Mesías, que lo encadenaba mediante la esperanza a esperar. Una vez creado, ese Estado lo liberaría de todo yugo y lo elevaría a pueblo finalmente «elegido».