'Ya no entendemos qué es la democracia'. Esta afirmación es el núcleo central del nuevo ensayo de Marcelo López Cambronero. En él se defiende que los esquemas de comprensión que habitualmente utilizamos para entender la política, y en especial la democracia, han caducado, han dejado de ser útiles para explicar la realidad en la que vivimos, sacudida por la revolución cultural posmoderna, el cambio tecnológico acelerado y el incremento desmedido de las capacidades de control social.
Si queremos salvar la democracia hemos de liberarnos de estos esquemas y buscar otros a partir de un cambio de paradigma: la democracia contemporánea no consiste en el gobierno del pueblo, sino en un modelo de gestión y reparto del poder en la sociedad.
Salvemos la democracia es un breve y muy efectivo texto filosófico-político, donde encontramos reflexiones ordenadas eficaz e ingeniosamente sobre el poder, el tiempo, la revolución, la transformación de las sociedades, el papel de las ideologías y la nueva forma de hacer la guerra, entre otros problemas cruciales de nuestro mundo actual. Con todo ello se intenta responder, entre otras cuestiones, a si vivimos en democracia o, en todo caso, a si podemos recorrer un camino que nos permita reconstruirla y consolidarla.
El origen de la palabra samurái 侍 cuyo significado es ‘aquel que sirve’, data del siglo VIII, si bien el inicio como clase social surge en el siglo X y se consolida en 1185 tras la victoria del clan Minamoto frente al clan Taira. Sin embargo, tendrían que pasar tres siglos, hasta el período Sengoku (1467-1568), para que estos leales caballeros al servicio de sus daimyo, vivieran su momento de máximo esplendor. En la época más violenta y caótica de la historia de Japón, su pericia y habilidad con las armas era tan necesaria como imprescindible para conquistar nuevos territorios, defender los propios y vencer en batallas y guerras. Pero los samuráis o bushi no solo eran expertos jinetes con extraordinario dominio del arco y la espada, también poseían una refinada educación y se regían por un estricto código ético y de honor cuya aplicación se convirtió en los pilares centrales de su modo de vida, que forma parte en la actualidad, del carácter y filosofía del pueblo japonés. Este libro reúne los tres códigos esenciales de la clase samurái: Go-rin no sho
samurái, La mera mención de esta palabra, pronunciada y transcrita de forma exacta en cualquier idioma ma, basta para despertar el imaginario popular: héroes con armaduras lacadas y hatanas al costado, imbuidos por el buskido, el código del honor. Porque, desde que su figura traspasó las fronteras, Occidente ha sentido una poderosa atracción por el guerrero japonés, enblema de la singularidad del país y ave fénix de un Estado que resurgía de las cenizas de un ataque nuclear. Y este entusiasmo se ha visto alimentado, además, por una gran cantidad de obras cinematográficas y literarias