Una lectura indispensable para comprender e implicarse con sus saberes, de manera activa y solidaria, en la coyuntura sociohistórica que estamos atravesando. Prólogo de Javier Melloni... Tanto el psicoanálisis como la espiritualidad se adentran en un espacio sagrado: el interior del ser humano. Ambas son una forma de contemplación. En estas páginas, Roberto Longhi comparte su experiencia psicoanalítica y señala sugerentes afinidades entre las sesiones de psicoanálisis y la meditación, y va integrando diversas polaridades: dos sujetos (yo y no-yo), dos mediaciones (palabra y silencio), dos estados (plenitud y vacío). Todo ello no lo hace de una forma sistemática, sino que va apareciendo, como las flores silvestres que uno va encontrando a medida que recorre un paisaje lleno de sutiles ondulaciones. Sin embargo, lo que al principio es una simultaneidad, poco a poco se convierte en una progresión. Si bien al comienzo psicoanálisis y meditación están en una relación de complementariedad y simultaneidad, acaba produciéndose una traslación: del psicoanálisis a lo espiritual.
Este libro hace un recorrido buscando, a través de diversos vericuetos, el concepto de transgresión. Los contenidos pueden parecer trampas y desde luego este libro ofrecerá una dificultad para los que esperen respuestas claras. Hay un tipo de lector, de persona, que prefiere la seguridad y las respuestas comúnmente aceptadas a la búsqueda personal, a la exploración en la selva de lo desconocido de la vida. El explorador se encontrará a menudo perdido, envuelto en digresiones que parecen apartarle del camino de la meta prometida. Esa meta, te prometo, existe. El que crea se recrea y se re-crea. El que consume se consume. Pablo Poblacíon Knappe Pocos textos abren tantas puertas hacia el crecimiento interior, inevitable y comprometidamente imbricado en el crecimiento de la sociedad. Pocos autores y maestros nos facilitan tanto atrevernos a transgredir, a ser libres y creativos. Pocos maestros nos alientan tanto a contribuir a la renovación de la sociedad desde una transgresión constructiva, puesta al servicio de los valores más sublimes del ser humano.
Podemos acercarnos a los campos de concentración nazis a través de las memorias de los supervivientes y de los estudios históricos. Menos explorada es la vertiente de los aspectos sociales y psicológicos de la realidad de los Lager.
Este libro pretende, con afán divulgativo, acercarnos a ese terrible mundo: saber cuáles eran los roles de sus actores (SS y prisioneros) y valorar las interacciones entre ellos, así como desgranar los efectos psicológicos y psicosomáticos que padecieron los deportados.
Psicología del mal rastrea los espacios más oscuros del alma humana y la relación asimétrica que se da entre verdugos y víctimas, en las que estas últimas no tienen más remedio que aceptar, si es que quieren sobrevivir, los códigos impuestos desde la brutalidad y la barbarie en el proceso de animalización al que son sometidos.