Sobre todos sus enemigos, Franco desplegó el terror con carácter masivo y sistemático durante la guerra y la larga posguerra. De manera que el terror fue un carácter fundacional del régimen. El franquismo fue un régimen antiliberal y antiobrero que, más allá de la retórica de las denominadas leyes fundamentales, eliminó los derechos políticos, civiles, sociales, económicos y culturales en una sistemática vulneración de los derechos humanos.
Este libro se adentra en los entresijos del cuento de tradición oral La Barbe Bleue, fijado por Charles Perrault en 1697. La intención que rige la interpretación del profesor Puelles ha sido la de tomarlo como umbral de un modo del horror moderno irreductible al género «goticista» que a partir del siglo XVIII ostentará la hegemonía del miedo literario. Publicado en el gozne entre el clasicismo y el rococó, y llevándonos al paroxismo del terror visual, Barbazul abre el camino a una narrativa traumática, testimonial, de pura supervivencia, cuyos extremos alcanzan a Primo Levi, entre otros muchos.
El macabro cuento que nos ocupa es también la ocasión para situarnos en un enclave en el que la experiencia del lector u oyente transita –quizá por primera vez– hacia territorios como lo sublime y lo siniestro en la ambivalencia entre el placer estético de la representación del horror y el conocimiento –más «antropológico» que estético– de la pura crueldad humana. Barbazul es, además, un espléndido contrapunto a la doctrina del cogito cartesiano, dándosele prevalencia al terror propio (y no lo hay más atroz que el de «verse morir») sobre aquellas otras condiciones en las que sí será posible ganar la distancia reflexiva. «Tengo miedo, luego existo», escribió Roland Barthes.