La historia de la humanidad es la historia de los tejidos, tan antigua como la propia civilización. Desde que se hiló la primera hebra, la necesidad de obtener tejidos ha servido de impulso para la tecnología, los negocios, la política y la cultura. En El tejido de la civilización, Virginia Postrel ha llevado a cabo una investigación única en su género que sintetiza arqueología, cultura, economía y ciencia para construir una historia sorprendente. El negocio de los textiles financió el Renacimiento italiano y el Imperio mongol nos dio la contabilidad de partida doble y las letras de crédito, e hizo posible la creación de obras tan significativas como el David y el Taj Mahal. Desde los pueblos minoicos, que exportaban a Egipto telas de lana teñidas de un preciado púrpura, hasta los romanos que vestían seda china de un valor exorbitante, el negocio y la producción de textiles puso los cimientos para que el mundo antiguo recorriera los caminos de la cultura y la economía. La búsqueda de tejidos y tintes tal y como sucedía con las especias y el oro llevó a los marineros a atravesar mares extraños y a la forja de una economía global. El tejido también ha sido la fuerza motriz que se esconde tras el desarrollo tecnológico: los orígenes de la química se encuentran en el tinte y en el acabado de las telas. Los albores del código binario y quizá de todas las matemáticas se hallan en la tejeduría. La cría selectiva para la producción de fibras dio paso al nacimiento de la agricultura. La correa de transmisión llegó de la mano de los productores de seda. Igual que la microbiología. Ampliamente documentado y narrado con extraordinaria maestría, El tejido de la civilización cuenta la suntuosa historia del producto más influyente del mundo.
La deslumbrante historia la creación del imperio soviético que partió Europa por la mitad durante medio siglo.
Al final de la Segunda Guerra Mundial la Unión Soviética controlaba una inmensa extensión de territorio en Europa oriental. Stalin y su policía secreta emprendieron la conversión de doce países radicalmente diferentes a un sistema político y moral totalmente nuevo: el comunismo.
La historiadora Anne Applebaum (que obtuvo el premio Pulitzer por Gulag) presenta en estas páginas la obra definitiva sobre cómo surgió el Telón de Acero y cómo era la vida al otro lado. Applebaum describe con pavoroso detalle cómo los partidos políticos, la Iglesia, los medios, las organizaciones juveniles, en suma, todas las instituciones de la sociedad civil, fueron rápidamente desmanteladas. Explica cómo se organizó la policía secreta y cómo se atacaron y destruyeron todas las formas de oposición. Como resultado, en un periodo de tiempo asombrosamente breve, Europa oriental fue estalinizada por completo. A partir de documentos inaccesibles hasta hace poco y fuentes desconocidas en Occidente, Applebaum sigue la táctica comunista en su camino al poder, las amenazas, los abusos y los asesinatos.
«Hasta ahora, una de las grandes incógnitas de la política española ha sido la trayectoria histórica del Partido Comunista de España tras la guerra civil: ¿Por qué el partido que hizo de la reconciliación nacional su bandera y cuya legalización condicionó la Transición dilapidó en muy poco tiempo el capital político acumulado durante décadas? ¿Qué tensiones desarbolaron a aquel colectivo humano, capaz de la mayor abnegación en la lucha antifranquista, al llegar a la estación término de la democracia? Este libro trata de explicarlo».
La fascinante persecución a los asesinos de Julio César.
Muchos hombres acabaron con la vida de Julio César, pero solo uno daría caza a los asesinos. A partir de la primavera del 44 a. C., el hijo adoptivo de César, el futuro emperador Augusto, se cobraría su terrible venganza: estaba decidido a acabar con los asesinos de los idus de marzo; y no solo con Bruto y Casio, sino con todos y cada uno de los diecinueve hombres que habían conspirado contra el dictador.
Tras más de una década de violenta persecución a través de varios continentes, el último de los conspiradores en morir fue Casio de Parma, un poeta, dramaturgo y marinero casi desconocido que luchó en todos los bandos durante las guerras civiles que asolaron a la moribunda República, salvo en el ganador. Durante catorce años, los asesinos de César trataron de escapar a los cazadores enviados por Octaviano, pero, uno por uno, fueron cayendo hasta que solo Casio permaneció en pie. Su apasionante huida, que hasta ahora no ha sido más que una nota a pie de página en los anales, se convierte en esta obra en un tapiz que retrata el convulso final de la República romana.
El último asesino es el relato épico de una caza que un emperador quiso ocultar, una historia trepidante de torturas y terror, de política y poesía. Es, en definitiva, una vívida narración de uno de los periodos más turbulentos de la historia de Roma en el que se enfrentan la venganza y el instinto de supervivencia.
La apasionante historia del último juicio por combate celebrado en París. En 1386, pocos días después de Navidad, una multitud, que incluía al mismo rey de Francia, se congregó en un monasterio de París para presenciar un juicio por combate cuyos contendientes, el caballero Jean de Carrouges y el escudero Jacques Le Gris, se habían hecho famosos en todo el país. Solo unos meses antes, a su regreso de una campaña en Escocia en medio de la guerra de los Cien Años, Carrouges había recibido una terrible noticia: su esposa, la hermosa Marguerite, había sido víctima de una brutal violación a manos del que había sido su amigo, Le Gris, quien negaba los hechos. Carrouges llevó su pleito al Parlamento de París, que decretó un juicio por combate: el caballero y el escudero lucharían a muerte en una emocionante lid que demostraría quién mentía y quién decía la verdad. Pero si vencía Le Gris, Marguerite sería también ejecutada por haberlo acusado. En este ensayo, basado en fuentes primarias y narrado con el pulso de una novela, Eric Jager, especialista en literatura medieval, da vida a una Edad Media colorida y turbulenta y a tres personajes inolvidables que se vieron atrapados en un triángulo de intrigas, crímenes, escándalos y venganza. Sin duda, El último duelo es al tiempo un relato apasionante y una investigación absorbente sobre la justicia, el honor y la situación de la mujer en la Edad Media.
Una lóbrega tarde de noviembre de 1862, un rústico féretro recibía sepultura en medio de un escalofriante silencio, sin lamentos ni panegíricos por orden expresa del comisionado británico: «No debe quedar rastro que distinga el lugar donde descansen los restos del último mogol». El cadáver que ocupaba el ataúd era el de Bahadur Shah Zafar II, uno de los monarcas más tolerantes y gentiles de una extraordinaria dinastía que se vio al frente de un violento alzamiento, el motín de la India, condenado de antemano al fracaso. El sangriento sitio de Delhi, el Stalingrado del Raj, será su fin, el ocaso de su dinastía y el fin de una cultura incomparable.
Bahadur Shah Zafar II, el último emperador mogol por cuyas venas corría la sangre de Tamerlán y Gengis Khan, fue un místico, un gran poeta y un hábil calígrafo que, aunque privado del poder político real por la Compañía de las Indias Orientales, se rodeó de una brillante corte y presidió uno de los grandes renacimientos culturales de la historia de la India. En 1857, fue la bendición de Zafar a la rebelión de los cipayos de la Compañía la que transformó lo que en principio parecía un simple motín en el levantamiento más grande que el Imperio británico tuviese jamás que sofocar. El libro El último mogol. El ocaso de los emperadores de la India es un retrato de la deslumbrante Delhi que Zafar personificaba, la historia de los últimos días de la gran capital mogola y de su destrucción final en la catástrofe de 1857.