Edgar Allan Poe es una de las figuras más tristes y enigmáticas de la literatura mundial. Se ganó la vida como poeta, crítico, editor y periodista, y es reconocido como uno de los maestros universales del relato corto. Fue un pionero en su país y el primer escritor estadounidense de renombre que intentó hacer de la escritura su forma de vida. Renovó la novela gótica, inventó el relato detectivesco y realizó importantes contribuciones al género emergente de la ciencia ficción. También incursionó en campos tan dispares como la cosmología, la criptografía y el mesmerismo, aunque su nombre pasaría a posteridad gracias a sus estremecedores cuentos de terror, en los que retrata con singular maestría la muerte en todas sus formas y manifestaciones: la muerte natural, la premeditada, la misteriosa, la accidental, la plácida, la
truculenta y la maldita. Su obra y legado han sido asimilados por la cultura popular a través de la música, el cine, el cómic, la pintura y la televisión, asegurándole una fama póstuma como jamás hubiera imaginado. Su obra también ejerció una enorme influencia en la literatura de su época gracias a la obsesión que tenía por la forma y la estética de su escritura, lo que le permitió componer poemas de notable belleza como El Cuervo, una auténtica obra de arte literaria que, junto a otras de similar transcendencia, marcarían el camino para los autores que vendrían después, como Arthur Conan Doyle, Franz Kafka, Julio Verne, H.P. Lovecraft y Charles Baudeaire, entre muchos otros.