BE CLASSIC with Little Women, introduced by New York Times bestselling author Laurie Halse Anderson. Grown-up Meg, tomboyish Jo, timid Beth, and precocious Amy. The four March sisters couldn't be more different. But with their father away at war, and their mother working to support the family, they have to rely on one another. Whether they're putting on a play, forming a secret society, or celebrating Christmas, there's one thing they can't help wondering: Will Father return home safely?
"I have something new to talk about . . . tonight I will be going out," Mama gently tells Llama Llama.
At first, Llama feels okay with this. After all, Mama has gone out before and Gram and Grandpa have stayed with him. But this time they can't. Someone new is coming over, and the more he thinks about it, the more he worries! He knows he will be miserable . . . and then the doorbell rings. It's Molly from the ice cream store. What is she doing here? And she has ice cream! Maybe having a new babysitter isn't nearly as bad as he thought!
Sloane Hart es una romántica de la cabeza a los pies. Pero el divorcio de sus padres la hace creer que el amor no existe. Es por ello que renuncia a las citas y decide centrarse en la universidad, en convertirse en escritora y en mudarse a Nueva York. Hasta que conoce a Ethan Brady. Cauto y misterioso, no está dispuesto a hablar demasiado de sí mismo ni a dejar que nadie se le acerque...
Cuando empiezan a salir juntos sin etiquetas, ambos saben que no durará para siempre. Sin embargo, ella no puede evitar imaginar un futuro con él, pero Ethan es incapaz de brindarle el compromiso que necesita. Sin poder dejarlo marchar, Sloane tendrá que luchar por su amor… o aprender que, simplemente, hay cosas que no están destinadas a ser.
«No, no llegamos a salir juntos. No es un exnovio. Es un "excasi". Tal vez eso era lo único que siempre seríamos; una frase incompleta de un libro que alguien dejó de leer a la mitad y nunca retomó».
Todos hacemos cosas de las que nos arrepentimos. A veces decimos: "¡Ojalá no hubiese hecho eso!", pero lo que realmente querríamos es no habernos metido en problemas, y punto. Y solo una vez entre mil, lo que desearíamos es no haber hecho jamás determinada cosa, ¡nos gustaría viajar hacia atrás en el tiempo para borrarla! Pero no podemos porque no somos magos y este no es un libro de magia. Este libro va de un chico llamado Iggy, de las trastadas de las que se arrepiente... y de las que no.
¿Y si los fantasmas, los ángeles y los dioses fueran reales? Y si estuvieran aquí, entre nosotros, y tú fueras descendiente de uno de ellos, ¿lo creerías?
Quinn es guay, inteligente y popular. Matilda es la hija de la odiosa familia de al lado, le gustan demasiado las novelas de fantasía y, claramente..., no es su tipo.
Pero todo cambia cuando Quinn es perseguido por unas misteriosas criaturas de la noche, sufre un accidente y comienza a ver cosas que solo pueden verse en la oscuridad. ¿En quién confiar cuando tu mundo y todo lo que creías cierto parece resquebrajarse por momentos? ¿En la chica rarita que quizá no es tan rara y sí bastante más divertida de lo que creías?
¿Y si para seguir adelante tuvieras que retroceder al punto donde todo comenzó?
Para Hunter, la música es mucho más que un conjunto de notas dando forma a una melodía. Las canciones que compone son un refugio. Acordes que hablan de sueños y miedos. De ganas y carencias. Compases que iluminan las sombras del frío y solitario mundo en el que ha crecido. Musas que han transformado su pasado en un presente brillante.Sin embargo, esa inspiración enmudece cuando encuentra una carta manuscrita en su buzón, que lo obliga a cuestionarse todo lo que sabe sobre sí mismo.
La vida de Willow se ha convertido en una caja de momentos desordenados y sueños frustrados. Siente que ha perdido su lugar en el mundo y ya no recuerda a esa persona que siempre quiso ser.
Mientras la nieve cae silenciosa, Hunter y Willow descubrirán que el destino no siempre tiene la última palabra y que los momentos, buenos o malos, nos van convirtiendo en todo lo que somos. Que a veces basta con escuchar al corazón para encontrarse a uno mismo. Y que hay amores de invierno, capaces de sobrevivir al deshielo y convertirse en canciones eternas.