En una era disgustada con los políticos y los diversos instrumentos de democracia directa, El público fantasma de Walter Lippmann no ha perdido un ápice de actualidad. Esta obra nos muestra al Lippmann más crítico de la democracia americana. De sentimiento antipopulista, este libro defiende el elitismo como una opción intelectual seria y distintiva que cuenta con una larga tradición en America. La visión desmitificadora del sistema americano de Lippmann resuena en el presente.
En El público fantasma se discute sobre el hombre desencantado que se ha desilusionado no solo con la democracia sino incluso con la reforma de la sociedad. Para Lippmann el votante medio es incapaz para el gobierno y lo que se denomina público es un mero fantasma. Lippmann desafía a la asumpción capital de la política progresista que pretende dejar la toma de decisiones en las manos del conjunto del pueblo.
Considerando el libro más solidamente argumentado y preclaro de Lippmann, está primera edición en lengua española permite al lector sumergirse en el texto a la vez más polémico y sugerente de uno de los autores con mayor influencia en la política y el periodismo de Estados Unidos a lo largo del siglo XX.
Nuestro mundo parece haber entrado en ebullición. Varios populismos autoritarios han accedido al poder en países como la India, Polonia o Estados Unidos. Y como aquí nos muestra Yascha Mounk, es muy posible que, de resultas de ello, la democracia misma esté corriendo un grave peligro.
El pueblo contra la democracia es el primer libro que va más allá de la mera descripción del fenómeno del ascenso del populismo. Con un lenguaje claro y llano, describe cómo hemos llegado a esta situación, pero también hacia dónde deberíamos encaminarnos a partir de aquí. Tenemos muy poco tiempo que perder: esta podría ser nuestra última oportunidad de salvar a la democracia.
«Nada hay escrito con más seguridad en el libro del destino como que estas gentes han de ser libres; pero no es menos cierto que las dos razas,igualmente libres, no pueden vivir bajo el mismo gobierno». Así se expresa Thomas Jefferson, tercer presidentede Estados Unidos, en su autobiografía de 1821. Y aunque la Proclamación de Emancipación por la que cambiaba —formalmente— el estatus de varios millones de esclavos negros estadounidenses no llegó hasta 42 años después, desde ese momento, los líderes políticos, tanto negros como blancos, comenzaron a plantearse seriamente la cuestión de la tierra: ¿Han de «volver» los negros a África, buscar la autodeterminación en EE.UU.,pasar a ser ciudadanos en igualdad con los blancos? Las posiciones de Lincoln, Martin Delany, Frederick Douglass, W. E. B. Du Bois, el Ku Klux Klan, Marcus Garvey, la Nación del Islam, Malcolm X,Panteras Negras, LeRoi Jones (ahora Amiri Baraka) o los programas teóricos de los Estudios Negros se enfrentaron a la cuestión de diversos modos, más o menos críticos con el nacionalismo o con mayor o menor acento en la identidad racial o en cuestiones socioeconómicas. En suma, de forma más o menos revolucionaria. Una obra de referencia citada constantemente e ineludible para estudiosos y para cualquiera interesado en esta retorcida pero fundamental historia.
¿A qué se debe el magnetismo que los videojuegos ejercen sobre los jóvenes? ¿Existen razones objetivas para mirar con condescendencia al entretenimiento digital? ¿Ha desplazado irremediablemente a otras formas de cultura? ¿Es quizás el arte más importante de nuestro tiempo? Nos guste o no, hay un hachazo generacional que separa a quienes han recibido impactos culturales casi de forma hegemónica del mundo digital y quienes, anclados en estereotipos superados y sin una prensa que les traduzca la idiosincrasia de los videojuegos, van quedándose rezagados en el ecosistema cultural que se va imponiendo.
Borja Vaz y Jorge Morla, periodistas expertos en el mundo digital, establecen con este libro un doble diálogo. Por un lado, con las nuevas generaciones, para reivindicar y fiscalizar el potencial artístico de los videojuegos; por otro, con las generaciones desconectadas del medio interactivo, para revelar su potencial creativo y el modo en que está cambiando sus vidas. El futuro se parecerá a un videojuego, y lo mejor es tener las claves para ganar la partida.
El fenómeno del populismo aún no se ha pensado a fondo. La mayoría de los libros sobre el tema se han centrado sobre todo en caracterizar sociológicamente a los votantes populistas; o en discutir de qué es síntoma (el desencanto democrático, las desigualdades galopantes, la constitución de un mundo de invisibles, etc.); o en hacer sonar la alarma sobre la amenaza que representa. Pierre Rosanvallon propone entender este fenómeno en sí mismo, como una ideología coherente que ofrece una visión atractiva y potente de la democracia, la sociedad y la economía. Si expresa enfado y resentimiento, su fuerza radica en el hecho de que se presenta como la solución a los conflictos contemporáneos. De ahí que sea la ideología ascendente del siglo xxi, en un momento en que las palabras heredadas de la izquierda parecen resonar en el vacío. El autor presenta una teoría documentada sobre el populismo, traza su historia en la de la modernidad democrática y desarrolla una crítica profunda y razonada.