A las puertas de la Segunda Guerra Mundial, el teniente Thomas Campbell recibe el extracto de un misterioso diario que habla de la lucha entre el bien y el mal, donde la humanidad, sin saberlo, juega el papel protagónico. Junto al coronel Harrington y su nieta, Thomas se sumergirá en una batalla que trasciende a la frontera de lo sobrenatural. La ficción se transforma en sobrecogedora realidad hasta tal punto que sólo la fe pervive.
La obra Reshit Jojmá, del Rabí Eliyahu de Vidas, dio luz a la espiritualidad judía en Venecia, allá por el año 1579. Posteriormente, numerosas publicaciones han tratado sobre ella, en forma parcial y completa, incluyendo una edición de selecciones en yidish. Las páginas de esta obra proporcionan una certera guía para el desarrollo espiritual y la conducta humana, basada en la sabiduría interior de la Torá: la Cabalá. Al profundizar en ellas, el lector logrará adquirir inspiración para esforzarse en conseguir un estado de expansión de la conciencia del que se desprende el vínculo apasionado con el Altísimo. La pureza de las enseñanzas de Rabí Eliyahu de Vidas envuelve al lector en una atmósfera de santidad y le invita a remontar las alturas espirituales, de donde proviene el alma. La oportunidad es excelsa, sin embargo el viaje sólo es posible para quien quiera verse libre del tedio de un mundo desconectado de su dimensión trascendente y desee reconectar con la fuente de todo el bien, el Creador.
La vida está hecha de relaciones: con nosotros mismos, con los demás, con la naturaleza. Krishnamurti, uno de los filósofos más importantes del siglo xx, nos ofrece aquí una brillante reflexión sobre esas tres dimensiones.
En cada capítulo, se aborda con lucidez el significado de la meditación -«el acto de liberar a la mente de toda falsedad»-, puesto que es la vía que nos conduce a una relación más auténtica y libre con nuestro interior y, por tanto, con lo que nos rodea. Asimismo, la vida cotidiana aparece reflejada con toda su sencillez y complejidad, a través de diversas situaciones, enmarcadas siempre con descripciones de la belleza exterior, de la que difícilmente somos conscientes. Porque, como afirma el maestro, «todo tiene una gran belleza y, para comprenderla, los ojos que la contemplan deben estar llenos de amor».