Para las madres y mujeres de fe que no se sienten suficientemente virtuosas o diligentes, para las personas agobiadas por sus errores e incluso para quienes piensan que han fallado, este es un libro poderoso y tranquilizador que examina cómo las mujeres de la Biblia se enfrentaron a escenarios y problemas similares a los que experimenta la mujer de hoy, a la vez que ofrece reflexiones necesarias para ayudarnos a comprender mejor las lecciones que sus vidas tienen para nosotros.
En general, las historias bíblicas protagonizadas por hombres se han utilizado frecuentemente, y por largo tiempo, como lecciones para las personas de fe. Es decir, aquellas que son sobre padres e hijos se han centrado, por lo mismo, en estas figuras. Sin embargo, las madres y las hijas de la Biblia tienen historias igualmente poderosas y perspicaces, por ejemplo, pensemos en la madre de Moisés, Jocabed, que asumió enormes riesgos para proteger a su hijo de los planes genocidas del faraón. Pero, también, está el caso de Rebeca, una madre que planea y conspira con deshonra para que su hijo Jacob prospere. Se trata de una mujer que actúa con favoritismo, que practica el engaño y que sacrificaría cualquier cosa por el futuro de su hijo.
pocas obras se han escrito en el ámbito de la mitología con mayor ambición y calado que las máscaras de dios. a lo largo de cuatro volúmenes, joseph campbell efectúa un exhaustivo estudio compa¬rativo de las diversas mitologías del mundo, revelando su carácter unitario y universal, y cómo todas ellas todavía vibran en el mundo moderno.
Pocas obras se han escrito en el ámbito de la mitología con mayor ambición y calado que las máscaras de dios. a lo largo de cuatro volúmenes, joseph campbell efectúa un exhaustivo estudio comparativo de las diversas mitologías del mundo, revelando su carácter unitario y universal, y cómo todas ellas siguen vivas en el mundo moderno.
Las mujeres de la Biblia vivieron historias atemporales. Al examinarlas, podemos comprender qué significa ser una mujer de fe.
Las personas no familiarizadas con las Escrituras suelen asumir que las mujeres tienen un papel pequeño y secundario en la Biblia, cuando de hecho fueron figuras centrales en numerosos relatos bíblicos. La valentía de la reina Esther fue lo que salvó a su pueblo entero en un momento histórico decisivo. La Biblia contiene guerreras, como Jael; juezas, como Deborah, y profetas, como Miriam. La primera persona que presenció la resurrección de Jesús fue María Magdalena, quien enseguida se convirtió en la primera evangelista cristiana, deseosa de compartir la noticia que cambiaría al mundo para siempre.