Conservar los recuerdos es conservar lo que ha dado sentido a nuestra existencia, pero, a veces, por una enfermedad como el Alzheimer o por algún trauma psíquico o físico, notamos que nuestros recuerdos se desvanecen y que aquello que tanto queríamos se nos hace ajeno. Si hacemos un rápido paseo por nuestro pasado, veremos que los recuerdos que se mantienen más vivos en nosotros son aquellos que estuvieron vestidos, para bien o para mal, con buenas dosis de sensaciones, bien sea por emociones o por que la circunstancia era más de sentir que de pensar. El autor nos invita a jugar con una serie de sensojuegos que nos ayudarán a vestir con sensaciones todas nuestras experiencias pasadas y presentes, con el fin de que nuestro cerebro refuerce el archivo de cada vivencia con dichas sensaciones y así su recuerdo se mantenga más vivo en el tiempo. Los sensojuegos están ordenados para que estimulen y vistan con sensaciones todos nuestros niveles de relación: los que tenemos con nosotros mismos, los que mantenemos con los demás y los que nos refleja y expresa nuestro entorno natural.
Junto con Freud y Jung, Alfred Adler es uno de los fundadores de la psicología moderna. Su utilización de un enfoque holístico para el estudio de la personalidad, observando a los individuos en su contexto social y sobre una base de igualdad, hace que su obra resulte enormemente significativa en nuestros días. Comprender la vida ofrece una excelente introducción a la obra de Adler y una perfecta síntesis de sus principales teorías.
Un relato elegante y empático que rastrea los orígenes de nuestras emociones a partir de fascinantes historias clínicas.
Karl Deisseroth ha dedicado su vida a la comprensión de la mente y es uno de los pocos neurólogos que además son psiquiatras con consulta en activo. Esa combinación da lugar a un enfoque extremadamente original que busca la base biológica de las enfermedades mentales.
A partir de una investigación puntera y de la experiencia con sus propios pacientes, narra, con una profunda empatía, la gran historia de los orígenes de las emociones humanas. Así, el caso de una joven con un trastorno de alimentación explica cómo la mente puede rebelarse contra impulsos tan primitivos como el hambre y la sed; el de un hombre mayor, ahogado por la depresión y la demencia, muestra cómo los seres humanos evolucionaron para sentir no solo la alegría, sino también su ausencia; y el de una solitaria mujer uigur, alejada de su tierra natal, revela la importancia y los desafíos de los vínculos sociales.
Una obra que transforma lo que sabemos sobre nosotros mismos e ilustra de forma vívida, a través de las historias humanas, siempre imprescindibles, nuestra búsqueda de conexión y sentido.
En la Biblioteca Carl G. Jung, Paidós recuperan los textos más destacados de una de las figuras claves en el desarrollo de la etapa inicial del psicoanálisis. En ella, Jung subraya ?la importancia de la edad juvenil; son demasiado evidentes los perjuicios graves que origina una educación deficiente en el hogar y en la escuela y que perduran a veces toda la vida.? Esta es la reflexión que impregna todo el texto, cuya lectura sigue siendo imprescindible en nuestros días.
Esta obra valiente y sincera cuenta cómo el sentimiento de ineptitud social, junto a la cronicidad de la medicación parecen el camino marcado para alguien que ha sufrido una crisis mental grave. Es fácil que el diagnóstico se confunda con la esencia de la persona y se reduzca a una receta cómoda para millones de personas. A un diagnóstico.
Con el valor emocional de lo vivido, este libro resulta tan intenso que rehúye la posibilidad misma de redención. Pero de eso se trata. De afrontar la soledad, el desamparo, con ayuda ajena, hablando, compartiendo la angustia. No de describir patologías ni de marcar con dudosos diagnósticos, sino de comprender, si se puede, y de aliviar el sufrimiento. Nada que ver con la autoayuda ni con la negación radical de la medicación, pero tampoco con una biomedicina pautada, inflexible y despersonalizada.
Solo la aceptación de la locura como parte del ser humano nos permitirá una mirada de ternura hacia los considerados locos, pero sobre todo hacia nosotros mismos.
Una guía para profesionales sobre el trastorno conversivo, un trastorno con escasa bibliografía en español que propone un enfoque integrador centrándose en el tipo de perfil de paciente.
Cuando decidimos adentrarnos en la aventura de escribir sobre el trastorno conversivo nos planteamos una idea fundamental: escribir aquello que nos hubiera gustado encontrar cuando empezamos a investigar y tratar a pacientes con este trastorno. Más que recoger información diversa de modo exhaustivo, hemos querido hacer, en lo posible, una integración de esas informaciones con dos objetivos centrales. El primero, entender cómo se originan y desarrollan estas patologías. El segundo, inseparable del primero, plantear un abordaje terapéutico específico. La comprensión del origen es en sí misma una intervención terapéutica cuando se hace de modo colaborativo con el paciente. Para el profesional, además, es la guía para la intervención en una patología más caracterizada por la diversidad de presentaciones clínicas y contextos relacionales que por su uniformidad.