Algunas personalidades y su obra literaria son capaces de condensar un mundo entero y su propia representación. Es el caso de Primo Levi, voz imprescindible para tratar de comprender, en el mejor sentido que a tal cometido otorgaba la también extraordinaria pensadora del siglo XX, Hannah Arendt, la catástrofe inimaginable y el singular acontecimiento del Holocausto o Shoá y su correlato, el deber de su memoria.
Es cierto, además, que esa preocupación ocupa la centralidad de su obra, pero es también preciso enfatizar que ese centro lo es de una constelación de escrituras que también se ocupan de otros temas y motivos, cultivados con la misma excelencia literaria que caracteriza su obra toda.
Los especialistas congregados en este volumen abordan, desde la singularidad de cada uno de sus puntos de vista, la riqueza de esa constelación de escrituras, que no solo testimonia y acredita ante todos un deber irrenunciable hacia el pasado, sino que también previene y advierte frente a las amenazas que surgen en tiempos cada vez más convulsos.
«Aquel que franquea el portal donde se alza Arbeit macht frei entra en un mundo radicalmente distinto, lejos de los dioses, lejos de los hombres... El pánico en estado puro, sin voz, sin palabras.»
Todo se vino abajo en otoño de 1942 para Hélène Waysbord cuando, con apenas seis años de edad, sus padres fueron deportados y ella fue escondida en una zona rural francesa. Teóricamente a salvo, pero con la identidad perdida.
En una sucesión de cortos capítulos deambulando entre el presente, el pasado y la mitología, la autora nos cuenta cómo la figura de Aquiles le ha dado sentido a su vida personal, pero también a su vida de mujer comprometida con nuestra historia contemporánea. Una emotiva reflexión sobre cómo los mitos ayudan a tender puentes allí donde la vida rompe las certezas, y cómo al contemplar a los héroes antiguos con las mismas debilidades e inquietudes que las nuestras se nos confirma que toda vida es, en el fondo, un retoque mitológico.
Las protagonistas de este relato son mujeres que decidieron afrontar la sublevación del 17 de julio de 1936 mediante la lucha armada. Su participación como combatientes en el bando republicano supuso un punto de inflexión para la historia de las mujeres españolas, pero a medida que la guerra avanzó, gran parte de ellas fueron relegadas a trabajos auxiliares o a la retaguardia, hasta el punto de verse gravemente desprestigiadas. Con el final de la contienda, muchas de ellas abandonaron España para no regresar, otras fueron duramente represaliadas. Finalmente, la historia las olvidó. ¿Pero quienes fueron estas milicianas? ¿Dónde lucharon? ¿Cómo y porque fueron retiradas del frente? ¿Qué fue de sus vidas después de la guerra? La investigación para reconstruir sus biografías y recuperar su memoria, es el hilo conductor para explicar uno de los acontecimientos históricos más convulsos del siglo xx español desde una perspectiva de género.
Soldado rojo. Las cosas que llevaban en el macuto los hombres que lucharon la Guerra Civil es una recopilación de textos patrióticos, revolucionarios, motivadores y ejemplarizantes que los dos ejércitos españoles de la Guerra Civil proporcionaban a los combatientes para enardecer su moral. Desde devocionarios católicos a cartillas antifascistas, desde credos militares a decálogos de milicianos, desde himnos marciales a las canciones más populares, todo está recogido en estas obras, que rescatan, ordenan y presentan al lector actual los textos que leyeron los soldados de 1936. Una pequeña joya que nos permite acceder sin intermediarios a la prosa propagandística de nuestra guerra civil.
Este es un libro acerca de la vida en la Rusia urbana en el apogeo del estalinismo. Trata de viviendas comunitarias atestadas, de esposas abandonadas y esposos que no pagaban los alimentos de sus hijos, de falta de comida y ropa, de colas interminables que consumían la jornada de las amas de casa. De lo que significaba ser un privilegiado en la sociedad estalinista, o uno de los tantos millones de marginados o parias. Trata de la vigilancia policial y las epidemias de terror. Atendiendo a las vicisitudes de una vida cotidiana atravesada por la excepcionalidad y los sobresaltos, pero también a los “relatos” que circulaban entre los ciudadanos para darle sentido a la dificultad extrema, Sheila Fitzpatrick ha escrito un libro fascinante sobre las estrategias de las personas comunes, entre la desesperación y el cálculo, entre la victimización, la pasividad y las convicciones genuinas.
En 1839 los rumores sobre unas extraordinarias ruinas de piedra enterradas en las selvas de Centroamérica llegaron a oídos de dos de los exploradores más intrépidos del mundo.
Cautivados por las noticias, el diplomático norteamericano John Lloyd Stephens y el artista británico Frederick Catherwood —ambos ya conocidos por sus aventuras en Egipto, Tierra Santa, Grecia y Roma— zarparon del puerto de Nueva York en una expedición a las inhóspitas selvas de los territorios actuales de Honduras, Guatemala y México.
Lo que descubrieron cambiaría drásticamente el entendimiento de Occidente respecto a la historia humana.