La revolución portuguesa del 25 de abril de 1974 acabó de manera pacífica con una larga dictadura, un régimen ineficaz anclado en la represión y en viejos delirios imperiales, gracias a la acción de trescientos capitanes idealistas, que pretendían democratizar Portugal y acabar con sus guerras coloniales en África. Los claveles en las bocas de los fusiles o la canción Grândola, vila morena, difundida como contraseña para iniciar el golpe, no tardaron en dar la vuelta al mundo. Muchos ignoran en cambio que aquella mañana de abril estuvo llena de momentos épicos que contribuyeron a consolidar el golpe en favor de las libertades. Este libro rescata historias como la del joven capitán Salgueiro Maia, que caminó con los brazos en alto y una granada en el bolsillo, listo para el sacrificio, hacia una batería de carros de combate que le apuntaban, o la del soldado que se negó a obedecer la orden de disparar contra él y que permaneció cuarenta años en el anonimato. Sobre episodios como estos se fundó la democracia portuguesa hace ahora cincuenta años.
Habían llegado al poder en las elecciones de 1936 y lo de menos era cómo. Si hubo fraude, solo sería asunto para historiadores meticulosos mucho tiempo después. Mientras, la revolución proletaria. Lo que repetía Largo en los mítines o escribía Araquistáin en Leviatán, anunciando que la reacción fascista al progreso se aplastaría como fuese, dejaba dudas: podía ser verdad, podía ser retórica. Pero ellos no dudaban, vivían en la certeza: eran las MAOC, la vanguardia de la vanguardia del Frente Popular; nadie les iba a parar.
Las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas reunían desde 1933 a los grupos paramilitares y parapoliciales marxistas. No actuaron como una banda de criminales exaltados, sino como una incipiente milicia política de carácter leninista cuyo objetivo era la Revolución y su estrategia para conseguirla, el Terror.
En abril de 1936 ocuparon el asilo de niñas de la calle de Antillón de Madrid con el permiso de las autoridades republicanas. Sus sótanos fueron utilizados para llevar a cabo prácticas de tiro y de tortura. En la salida de Madrid, cruzado el río por el Puente de Segovia, acababa de nacer, en tiempo de «paz», la primera fábrica de Miedo.
¿Qué fue de los líderes nazis que acompañaron a Hitler?
Rommel, Goebbels, Göring, Himmler, Hess… Los líderes nazis que prefirieron seguir el final de Hitler
El suicidio como «solución final» para la élite nazi del Tercer Reich es un fenómeno poco estudiado que Philippe Valode analiza en este libro a partir de seis casos ejemplares: los de Rommel, Hitler, Goebbels, Himmler, Hess y Göring.
Son casos paradigmáticos que arrojan luz sobre otros muchos, los de miles de administradores territoriales, funcionarios, profesionales de todo tipo o industriales comprometidos, oficiales o trabajadores de los campos de concentración que, al término de la guerra, también prefirieron morir.
Nunca antes en la historia de la humanidad hemos tenido más acceso a información que ahora.Nunca antes nuestro conocimiento sobre el mundo en el que vivimos y su funcionamiento ha sido comparable al que tenemos ahora.
Y sin embargo, ¿cómo es posible que creamos firmemente en bulos y supersticiones? ¿Por qué damos por buenas y difundimos historias y noticias que nunca han ocurrido? ¿Qué explica que, a pesar de las evidencias, no estemos dispuestos a cambiar de opinión o a modificarla siquiera?
Las respuestas a estas preguntas, como veremos en el libro, tienen que ver con múltiples causas. Para empezar, analizaremos por qué los seres humanos distamos mucho de ser seres racionales. Entenderemos cómo procesamos la información de una manera que está lejos de ser objetiva porque, en definitiva, buscamos creer lo que queremos creer. Examinaremos por qué nuestra memoria no es fiable y cómo elaboramos falsos recuerdos de una manera perfecta.
Este libro nos explica todo sobre el trauma ?desde el enfoque personal, el de los demás y el de la sociedad? para tratar, con ejercicios y consejos, nuestras heridas emocionales y así calmar nuestro dolor.
Este es un libro importante porque te invita a empoderarte con el trauma. Te enseñará a aprender de tus experiencias vitales para prosperar en tu vida ?y no sólo sobrevivir? a pesar de las dificultades que se pueden presentar en ella.
Imagina, por así decirlo, una enfermedad que, sin síntomas externos perceptibles, pueda apoderarse de todo tu cuerpo sin previo aviso. Una enfermedad que se transfiera fácilmente de padres a hijos; una que pueda durar toda la vida si no se trata. Según el Dr. Paul Conti, es así como la sociedad debería conceptualizar el trauma: como una epidemia fuera de control con un pronóstico potencialmente fatal si no se comprende y trata correctamente.
Un busto de Adriano, con atuendo militar, expoliado en Santaella (Córdoba), y la intervención arqueológica en el lugar del expolio, son los motores de El militar y la hiedra. La obra explora la relación del mundo militar romano, y del emperador de origen bético en particular, con Dioniso y su emblema, la hiedra, planta sacra en la mitología de este dios luminoso y sombrío. El inédito Adriano de Santaella lleva una hoja de hiedra colgada en el peto de su coraza: detalle novedoso en la retratística imperial romana. ¿Elemento decorativo o testimonio de la relación de Adriano, emperador filoheleno y curioso de todo hermetismo, con el culto mistérico de Dioniso? La autora trata de responder a este interrogante, y para ello examina la presencia simbólica de la hiedra en diversos contextos, especialmente el militar. Ilustra la cuestión con una abundante y bella iconografía, apoyada por testimonios arqueológicos, epigráficos, textos de autores clásicos y literatura mitográfica.