La asombrosa historia de un niño judío que sobrevivió a los nazis escondido en los bosques de Polonia.
Maxwell Smart tenía solo once años cuando toda su familia fue asesinada. Huyó al bosque, cavó un hoyo para refugiarse y buscó comida en las granjas cercanas para sobrevivir. Con la ropa hecha harapos y la borde de la inanición, escapó repetidamente de la muerte a manos de los nazis. Después de meses en soledad, Maxwell se encontró con otro niño, Janek, quien al igual que Maxwell, era huérfano, y pronto se hicieron amigos. Un día, los niños descubrieron a una bebé, aún viva, en los brazos de su madre muerta.
La épica historia de Maxwell nos muestra cómo un célebre pintor emergió de la brutalidad de la guerra para ofrecer al mundo obras preciosas, en contraste con los horrores de su sufrimiento. El niño del bosque es un documento histórico notable sobre una época atroz que nunca deberíamos olvidar.
Un retrato íntimo y revelador de Mario Vargas Llosa.
Alonso Cueto nos guía en este ensayo a través de las obsesiones, los dilemas y las pasiones que definieron la obra de Mario Vargas Llosa, una de las más influyentes de la literatura contemporánea. A lo largo del libro, con el rigor de un estudio literario y la cercanía de quién conocía al autor desde la infancia, Cueto ilumina los rasgos fundamentales de su escritura: la totalidad novelesca en constante transformación, la teología del poder, la aventura subversiva, la travesía utópica, las búsquedas morales y existenciales, la influencia de la literatura francesa, el idealismo quijotesco y las técnicas narrativas que dieron forma a sus mundos ficcionales.
Este libro es un homenaje a Vargas Llosa y a su impacto en la literatura y la identidad latinoamericanas. Una invitación a redescubrir su obra desde nuevas perspectivas. Esta edición incluye, además, un dosier fotográfico que ilustra la trayectoria vital de uno de los más grandes escritores de las letras universales.
Leer el Tao es retornar a lo esencial: recordar que en lo pequeño está lo importante y que lo más sabio no siempre se dice en voz alta.
Cuanto más tratamos de controlar nuestra realidad, menos la comprendemos: cerca de esa idea se agazapa el núcleo de la filosofía taoísta, que no tiene como objetivo el poder, los bienes o la fama, sino la virtud de quien vive en armonía con su entorno.
El Tao nos permite ver que el equilibrio no surge al imponer, sino al integrar: una idea que parece ahora más importante que nunca. Frente a la polarización creciente, esta llamada a la serenidad, la observación y la integración de los contrarios se convierte en una forma de resistencia serena frente al caos.