En algún lugar del Cáucaso un grupo de rebeldes asalta unas instalaciones militares y de forma accidental libera una enfermedad que se propaga sin freno por todo el planeta. Los infectados por el virus mueren, pero sólo en apariencia, ya que a las pocas horas vuelven a la vida y se abalanzan contra las personas libres de contagio movidos por una agresividad desconocida y sin límites. El protagonista, un joven abogado que vive en una pequeña ciudad, observa estupefacto el goteo de noticias hasta que esa misteriosa plaga llega a su puerta. A partir de ese momento su único objetivo será tratar de sobrevivir, cruzando el territorio que antes conocía como Galicia, pero que ahora se ha transformado en el infierno en la Tierra.
Los supervivientes del Apocalipsis Z huyen a las islas Canarias con la esperanza de encontrar una zona que no esté infestada de No Muertos. A duras penas consiguen llegar hasta Tenerife, donde tropiezan con un escenario aterrador: las islas están al borde de una guerra civil abierta entre dos gobiernos opuestos y su población se desespera por la falta de recursos para sobrevivir. Una suma de errores y malentendidos hará que las autoridades encarguen a los protagonistas una misión casi suicida: volar a Madrid para saquear el Hospital de La Paz, el último gran almacén de medicamentos que queda en una Europa vacía y devastada, y llevar su contenido de vuelta a las islas.
Los supervivientes del Apocalipsis Z se lanzan a una arriesgada travesía a través del Atlántico que termina en naufragio en medio de un terrible huracán. Rescatados en el último momento por un grupo de misteriosos norteamericanos, se ven obligados a acompañar a sus salvadores hasta una pequeña ciudad del golfo de México que continúa su vida como si el Apocalipsis jamás hubiese ocurrido. Sin embargo, pronto descubrirán que bajo ese paraíso placentero se esconden terribles secretos y un desafío que pondrá a prueba su capacidad para seguir vivos.
Melancólico y algo fatalista, soltero y con una novia en Génova a quien ve muy de vez en cuando, y amante de la buena mesa, Salvo Montalbano es comisario de policía en Vigàta, un pequeño pueblo siciliano que, pese a no figurar en ningún mapa, encarna la esencia de la cultura mediterránea.
Los seguidores de la serie negra europea más aclamada encontrarán en esta edición tres casos en los que el entrañable comisario, sabio intérprete del arte de vivir, se supera a sí mismo y vuelve a emocionar a los lectores con su infalible perspicacia y su implacable sentido de la justicia. En La voz del violín, Montalbano no se da por vencido ni por convencido cuando muere el principal sospechoso del asesinato de una hermosa joven, esposa de un médico boloñés, cuyo cadáver aparece desnudo en el chalet de ambos.
Salvo Montalbano tiene cuarenta y cinco años, una novia en Génova y es comisario de policía de Vigàta, en Sicilia, un pequeño pueblo que, si bien no aparece en ningún mapa, es tan real como la vida misma.
Fiel amigo de sus amigos, amante de la buena mesa y sabedor de que la tierra ha girado y seguirá girando en torno al sol, Montalbano encarna la esencia de la cultura mediterránea. Su temperamento melancólico, su implacable sentido de la justicia, rayana en lo quijotesco, así como su infalible perspicacia, lo han convertido en un héroe verdaderamente popular, cuyas historias son devoradas con fruición por millones de incondicionales lectores en todo el mundo.
Antoñito, el nieto de don Manuel, creció con su abuelo sin padre que lo ayudara a anudarse la corbata y sin madre que lo quisiera en una humilde aldea gallega; aun así, consiguió ser una de las estrellas más fulgurantes del mundo del espectáculo. Bajo el nombre de Bécquer está de vuelta en España y se presenta ni más ni menos que en el teatro más importante del país.
La noche promete: un cómico en el Teatro Real. El escenario, como siempre, no tiene más adorno que esa alfombra persa que a Bécquer le sirve de marca para moverse y el enorme luminoso con su nombre allá en lo alto, sobre su cabeza.