Cuando la presencia del Espíritu Santo te alcanza, no te empuja...Te abraza. No te invade... Te habita. No te quiebra... Te restaura. Es una llama que arde, pero no se consume, una voz que guía, pero no grita, una compañía que consuela sin condiciones. Y cuando esa presencia entra, todo se ve desde una óptica distinta.
Esta colección de textos de Adam Michnik, Premio Princesa de Asturias y figura clave de la transición de su país a la democracia, es la primera antología preparada originalmente para el lector español.
Hijo de supervivientes del Holocausto, disidente en la Polonia comunista, preso político, miembro del sindicato clandestino Solidaridad y director de Gazeta Wyborcza, la vida de Adam Michnik recorre la historia polaca y europea, de la que es testigo intelectual, pero también protagonista político.
La antología se extiende a lo largo de toda su trayectoria, engarzando ensayos esenciales para comprender los grandes desafíos de nuestro tiempo. Desde Nueva vía evolutiva (1976) y la mítica carta escrita en prisión (1983), hasta el epitafio de Aleksiey Navalny (2024), algunos son testimonios históricos de una época pasada, varios resuenan como advertencias tempranas de la deriva europea hacia el populismo y, por último, otros exponen reflexiones de la más acuciante vigencia. Por sus páginas desfilan algunos de los protagonistas de la historia reciente de Europa, desde Thomas Mann a Václav Havel, desde Andréi Sájarov al papa Juan Pablo II. Entre todos ellos, el propio Michnik, por su mente lúcida y su heroico valor, destaca como el más fascinante de los personajes.
Una historia de cómo el amor puede convertirse en una ilusión.
Durante años, Elena creyó que su espera tenía sentido. Que el amor era paciencia. Que el tiempo, de algún modo, devolvería lo que le fue arrebatado. Pero el regreso no siempre es lo que soñamos, y hay verdades que llegan demasiado tarde... ¿Hasta dónde puede llegar alguien para sostener una historia que nunca fue suya? - ¿Es posible escapar de un amor que se aferra incluso cuando la realidad lo contradice?