Harriet and Wyn have been the perfect couple since they met in college—they go together like salt and pepper, honey and tea, lobster and rolls. Except, now—for reasons they’re still not discussing—they don’t.
They broke up five months ago. And still haven’t told their best friends.
Which is how they find themselves sharing a bedroom at the Maine cottage that has been their friend group’s yearly getaway for the last decade. Their annual respite from the world, where for one vibrant, blissful week they leave behind their daily lives; have copious amounts of cheese, wine, and seafood; and soak up the salty coastal air with the people who understand them most.
Only this year, Harriet and Wyn are lying through their teeth while trying not to notice how desperately they still want each other. Because the cottage is for sale and this is the last week they’ll all have together in this place. They can’t stand to break their friends’ hearts, and so they’ll play their parts. Harriet will be the driven surgical resident who never starts a fight, and Wyn will be the laid-back charmer who never lets the cracks show. It’s a flawless plan (if you look at it from a great distance and through a pair of sunscreen-smeared sunglasses). After years of being in love, how hard can it be to fake it for one week…in front of those who know you best?
A day where you’re really trying not to get into trouble while your girlfriend is out of town, but then some jerk attacks you at brunch, you get arrested for some teensy-weensy property damage, and you’re sentenced to community service?
Well Harley Quinn has and it’s enough to make a gal start seeing cartoon fishies every which way and such!
«Se acercaba la Navidad. Una mañana de mediados de diciembre,
Hogwarts apareció cubierto por alrededor de un metro de nieve.»
Ha llegado la Navidad a Hogwarts: el campo de quidditch está nevado y el Gran Comedor está decorado con velas, muérdago y abetos de navidad. Harry, Ron y Hermione están a punto de abrir sus regalos al calor de la chimenea de la sala común de Gryffindor.
¿Estás listo para pasar unas navidades mágicas en Hogwarts?
En esos primeros pasos del día, la sentencia de la neurocirujana aparecía siempre como un borrón negro en su cabeza: «Poco a poco, perderás toda la movilidad en el cuerpo».
Joanca recordaba su pasado encerrado en su habitación: su infancia, sus amigos, República Dominicana y su maldita enfermedad que trataba de recortar su existencia.
Huía de su destino como podía, caminado por las calles, intentaba despistarlo. Sabía que no podía parar, si paraba el tiempo lo atraparía y lo dejaría sentado para siempre. Y así nació la idea de subir la montaña, a pesar de su condición, a pesar de todo. Sabía que era verdad, que no podía claudicar sin pelear, rendirse sin más.
Su amigo Joan Vila se encargó de regar su reto con disciplina y estímulo, convirtiéndose en su motivador personal, tirando al carajo todas las predicciones médicas.
En ocasiones, hay amistades inquebrantables como el acero, que no se dejan amedrentar por nada.
¿Cómo es posible que me duela más una ruptura amorosa que la muerte de un familiar? ¿Por qué lloré tanto el final de la vida de mis perros y no el de la vida de mis abuelos? ¿Cómo puede uno romperse después de una mudanza y sobrevivir, sin mayor complicación, a la pérdida de una amistad que parecía para siempre?
El duelo es una de las experiencias más difíciles que experimentamos en la vida, aunque la inercia nos empuja a prestarle poca atención. Sin embargo, hay pérdidas tan dolorosas que nos impiden seguir adelante mientras el mundo sigue girando impasible a nuestro alrededor.
Extraordinaria autobiografía vital e intelectual de uno de los grandes filósofos de nuestro tiempo.
Daniel Dennett, preeminente filósofo y científico cognitivo, dedicó su larga carrera a descifrar los misterios más espinosos y fundamentales de la mente. ¿Tenemos libre albedrío? ¿Qué es la conciencia y cómo surgió? ¿Qué distingue la mente humana de la de los animales? Sus respuestas han marcado profundamente nuestra era de pensamiento filosófico. He estado pensando traza el desarrollo del intelecto del propio Dennett y nos instruye sobre cómo podemos convertirnos cada uno de nosotros en buenos pensadores.
La incesante curiosidad de Dennett le lleva de su infancia en Beirut y las aulas de Harvard, Oxford y Tufts, a «cruceros cognitivos» en veleros, a los campos de Maine, y a grupos de reflexión de todo el mundo. Por el camino, se encuentra y debate con una serie de pensadores legendarios ―Douglas Hofstadter, Marvin Minsky, Gilbert Ryle, Stephen Jay Gould, entre otros― y revela los avances y errores de juicio que dieron forma a sus teorías. Pensar, sostiene Dennett, es difícil y arriesgado. De hecho, todo buen pensamiento filosófico va acompañado de desconcierto y solo cuando nos equivocamos encontramos, muy de vez en cuando, la manera de acertar.