El criterio de José Olivio Jiménez al concebir esta “Antología de la poesía hispanoamericana (1914-1987)”, ya clásica, fue renunciar a una desmesurada extensión del panorama de nombres y corrientes, que la hubieran convertido en un muestrario inoperante, y dedicar a los creadores incluidos en la recopilación el espacio suficiente para que sus voces puedan ser debidamente apreciadas. En el volumen se recogen las principales corrientes de la poesía hispanoamericana inmediatamente posterior al modernismo: el vanguardismo, con su triple negación de la belleza, la musicalidad poemática y la función comunicativa del lenguaje; el posvanguardismo, cuyos polos de atracción antagónicos son la poesía pura, con su tensión intelectiva casi sobrehumana, y el superrealismo, encarnación en el lenguaje del ansia de libertad total.
Si bien oscurecido durante algunos años por la figura de su hermano Antonio, nadie duda hoy de la autenticidad lírica y de la capacidad de Manuel Machado (1874-1947) para conjugar en su poesía elegancia y hondura o, como dijo Dámaso Alonso, «ligereza y gravedad». La presente antología poética da cuenta de la riqueza de temas y estilos que tocó a lo largo de una prolongada trayectoria marcada en su final por las circunstancias políticas. Partiendo del modernismo y considerado en un tiempo el Verlaine español debido a su esfuerzo por aclimatar en España las corrientes parnasianas y simbolistas francesas, la expresión de la intimidad a través de una fina intuición de las correspondencias entre paisajes, colores, sensaciones y estados de ánimo, así como el tratamiento reflexivo de el amor y la muerte, no le impidieron abordar otros asuntos, como las descripciones de la fiesta taurina y las recreaciones de la poesía popular y del cante flamenco. En su libro más importante, El mal poema, reivindicó una poesía desgarrada, prosaica y acanallada, de gran trascendencia para los poetas recientes.
"Pese al creciente reconocimiento de su complejidad y de su importante papel, los estudios sobre el fenómeno antológico siguen siendo escasos y puntuales, y en el caso del Perú, casi inexistentes. Inmaculada Lergo Martí se ha enfrentado a un campo poco explorado y difícil, y lo ha hecho con ambición, rigor y claridad. Ha reunido un corpus prácticamente exhaustivo de obras publicadas entre 1853 y 1967, la mayoría muy dificiles de localizar, y las ha analizado una a una y en conjunto, en sus singularidades, interrelaciones y múltiples implicaciones literarias e ideológicas. Esta amplitud y esta precisión sirven a su objetivo central: dilucidar la contribución real de las antologías a la formación de una tradición poética peruana. A pocos países les cuadra el calificativo de "heterogéneos" tanto como al Perú, donde el debate intelectual sobre la identidad ha sido constante y arduo, y ha condicionado directamente la literatura durante al menos el primer siglo y medio de vida independiente. La tesis de fondo y el hilo conductor del libro quedan adelantados y sintetizados en el subtítulo "Busqueda y consolidación de una literatura nacional". De extraordinario valor son los apéndices finales, que se ofrecen para su más fácil manejo en soporte informático, con la descripción y el vaciado de las antologías analizadas, y con distintos cuadros estadísticos sobre poetas y poemas antologados. Ellos contienen la prueba de lo expuesto en el trabajo y son una base segura para otras investigaciones e interpretaciones futuras. El libro de Inmaculada Lergo constituye una aportación importante y una invitación al mejor conocimiento de la poesía peruana, una de las más intensas y atrayentes de Hispanoamérica".
En una serie de ensayos magistrales sobre la cultura de masas —en los que analiza la estructura del mal gusto, la lectura de los cómics, el mito de Superman, la canción de consumo, el papel de los medios audiovisuales como instrumento de información o el influjo de la televisión en el mundo de hoy—, Eco se plantea el problema central de la doble postura ante la cultura de masas: la de los apocalípticos, que ven en ella la «anticultura», el signo de una caída irrecuperable, y la de los integrados, que creen optimlstamente que estamos viviendo una magnífica generalización del marco cultural.
Aquiles o El guerrillero y el asesino, la novela inédita de Carlos Fuentes, es un relato personal, fascinante y revelador sobre un episodio controvertido de la historia contemporánea de Colombia. Basándose en la biografía de Carlos Pizarro, uno de los jefes del movimiento guerrillero M-19, el autor dio forma en esta novela a un personaje carismático, lleno de luces y de sombras. Un Aquiles que, como los protagonistas de los poemas homéricos, se siente llamado a pasar a la acción y acaba enfrentándose a un destino inexorable que le esperaba paciente.