«Esta es la historia de un hombre que sin saberlo fue su siglo y la de un lugar que se condensa aquí en un nombre propio: Germán Alcántara Carnero, una historia de violencia incontenible y natural que exige ser contada como una biografía discontinua y que no debía empezar aquí.»
Así comienza El cielo árido, la historia de Germán Alcántara Carnero: de su tiempo, de los hombres y mujeres que vivieron a su lado y de la meseta inexistente en la que Monge destila las esencias de una Latinoamérica salvaje. Un lugar árido, dónde las únicas constantes parecieran ser la soledad, el sol inagotable, la violencia, la lealtad, y la lucha cotidiana por hacerse de una escala de valores que dote de sentido a la existencia.
Una novela policíaca donde las fuerzas del bien son a veces las fuerzas del mal y en la que Sergio Ramírez, Premio Cervantes 2017, hace un colorido y esperpéntico retrato de un mundo de narcos, crímenes, corrupciones y abusos de poder.Asesinatos y narcotráfico, policías y cárteles. Nadie es inocente. El inspector Dolores Morales y el subinspector Bert Dixon, antiguos guerrilleros y miembros del Departamento de Narcóticos de la policía nicaragüense, investigan la desaparición de una mujer. Las únicas pistas son un yate abandonado en la costa, sospechoso de transportar drogas, un libro quemado y una camiseta ensangrentada. El caso se agravará tras la aparición de varios cadáveres, entre ellos el del principal testigo.En una Managua caótica y ardiente los protagonistas tendrán que enfrentarse con valentía y humor, no sólo a los poderosos cárteles de Cali y de Sinaloa, sino a antiguos compañeros de insurrección que se han adaptado mejor a los tiempos y han traicionado sus viejos ideales.
Sólo al final de una vida sabes cómo y a qué te has adaptado
Esta obra entrelaza dos historias. Por un lado está la fascinante vida del naturalista Charles Darwin, un genio enfermizo que en su tiempo fue tachado de farsante, blasfemo, ignorante y otros muchos defectos por atreverse a argumentar que toda especie, incluyendo la humana, desciende de otra y forma parte de un proceso llamado evolución.
Por otro lado, está la extraña ruta seguida por uno de nuestros contemporáneos, que se considera a sí mismo como el último darwinista y abre un blog en donde exhibe seres humanos que, según propone, son mutaciones de nuestra especie, producidas por los aditivos químicos que desde hace décadas contienen nuestros alimentos y por derivaciones imprevistas del avance tecnológico.
Greta Cadaqués, una reportera de televisión, es enviada a cubrir el caso de una niña que ha caído en un pozo a las afueras de Madrid. Mientras no deja de pensar en un juicio al que tiene que asistir como jurado popular, su cámara, Juan Quatremer, y su jefe, un hombre ávido de audiencia, la apremian a sacar a la luz todos los detalles del caso del que el país entero está pendiente. Aunque pronto descubrirá que las intenciones de ambos hombres son muy distintas: Juan pretende cubrir el suceso de la forma más rigurosa posible, pero su jefe la coaccionará para que consiga las exclusivas más impactantes, aunque eso signifique difundir noticias falsas. Greta deberá enfrentarse a una encrucijada personal y profesional que la llevará a cuestionarse el papel de los medios de comunicación y los límites éticos de su trabajo.
LA NUEVA NOVELA DE LA AUTORA DE LA HIJA DE LA ESPAÑOLA,
el último fenómeno de la literatura en castellano: traducida en 26 países y comparada con Borges y Coetzee por la crítica internacional
«Soberbia novela de supervivencia, dignidad y leyenda.»
Manuel Vilas
Llegué a Mezquite buscando a Visitación Salazar, la mujer que sepultó a mis hijos y me enseñó a enterrar a los de otros. Caminé hasta el fin del mundo, o donde yo creí que el mío había acabado.
Todo ocurre en una frontera, la que separa la sierra oriental de la occidental. Angustias Romero huye de la peste con su marido y sus dos hijos atados a la espalda. Los gemelos, sietemesinos, mueren en el trayecto, y, tras guardarlos en sendas cajas de zapatos, el matrimonio se dirige a enterrarlos en El Tercer País, el cementerio ilegal regentado por la mítica Visitación Salazar. Abandonada por su marido, Angustias luchará junto a la sepulturera contra un entorno hostil donde la única ley la dictan quienes van armados, donde el tiempo lo marcan los peces, las fiestas y los misteriosos juguetes que alguien deja sobre las tumbas de los dos niños, mientras el peligro y la violencia crecen hasta el último minuto borrando los límites entre la vida y la muerte.
Con El Tercer País, Karina Sainz Borgo confirma su talento, y su pertenencia a una nueva literatura latinoamericana que que está conquistando a lectores de todo el mundo y funde el thriller, el western, la tragedia clásica y la herencia de los maestros del boom.
Se acerca el confinamiento de 2020 y el protagonista siente la tentación de retirarse a su cabaña en las afueras de Buenos Aires para hacer frente desde allí a lo que pueda venir. Mientras espera, cultiva un jardín con todo tipo de plantas y flores. Su amor por la naturaleza le lleva a indagar en la formación del pensamiento científico, el nacimiento de la botánica y la gran aventura de las expediciones europeas del siglo XVIII. Al mismo tiempo, rememora la historia de su familia, que fue arrancada de cuajo de sus raíces en Daglipulli, Chile, por la dictadura de Pinochet.
Poco a poco este escenario singular se ve inundado por el recuerdo de las humildes dalias que plantaba su abuela Alba, la presencia exuberante y amenazadora de la selva amazónica con la que se encontró Humboldt en 1799 y la seguridad controlada de los híbridos que compra ahora en viveros. En este paraíso en diferentes grados de conservación, el paisaje natural del Cono Sur se convierte en un personaje fundamental, con sus propios ritmos, con las huellas que dejaron los hombres que intentaron poblarlo. La historia, la botánica y el relato familiar confluyen en él y marcan el carácter del protagonista, sus elecciones vitales y su manera de estar en el mundo.
Esta novela es un relato luminoso sobre la vida cotidiana de un individuo pero también sobre las tragedias colectivas que nos acechan. Lo pequeño, lo sencillo, ese paraíso personal que construimos como refugio es también, en última instancia, lo que siempre nos salva.