Populosos barrios de Santo Domingo como San Carlos, Villa Juana y Villa Francisca, entre otros, sirven de escenario a estos relatos, muchos recreados en forma de leyendas, junto a otras aventuras con valores permanentes que despiertan la avidez por la lectura.
El río Ozama no es el mismo que Don Iván conoció en sus años mozos. Mediante un poema escrito por el abuelo en aquellos años los niños sueñan con aquel río. Durante toda la narración el abuelo y los nietos tratarán de encontrar soluciones para salvar al río que está en vías de desaparecer por la contaminación.
Daniela tiene casi 15 años y no conoce a su padre, ni siquiera sabe quién es ni dónde se encuentra. Su madre guarda absoluto secreto sobre aquella etapa de su vida en que la tuvo, a pesar de las insistentes preguntas y reclamos de su hija. Esta, a veces, reza en voz baja una versión propia del Padre nuestro, a la espera de alguna revelación. Cuando se mudan a la capital, Daniela hará nuevos amigos como Linda y Ángel. Por ellos, durante un fin de semana en Punta Cana, llegará la sorprendente respuesta al gran misterio de su vida.
El manojo de poemas de esta pequeña obra cantan a la niñez y al amor filial, a la escuela, a Quisqueya la bella, a los sanos juegos de tiempo atrás, a las figuras tradicionales del mercado y del carnaval, a los dulces de la infancia, a la hermosa naturaleza de nuestro país y al espíritu generoso de la Navidad... Este libro ganó el concurso Por Nuestro País Primero, premio "Delia Quesada" de Literatura Infantil, de la Sociedad Cultural Renovación, Puerto Plata.