En La vida breve, Onetti ahonda en el poder de la imaginación y de la escritura como salvación, y en el juego entre realidad y ficción, el recurso de crear existencias paralelas cuando es necesario escapar de la realidad. El protagonista intenta escapar de su vida, con un matrimonio roto y la enfermedad de su mujer, dando a luz a otro yo, de ficción. Para algunos críticos esta es la novela que dio origen al Boom. En ella Onetti da forma, por primera vez a ese territorio de la imaginación en el que transcurren sus novelas, la mítica Santa María, uno de los universos literarios más ricos y mejor construidos, junto a la Comala de Rulfo y el Macondo de García Márquez.
PREMIO ALFAGUARA DE NOVELA 2024
Un acontecimiento poco conocido de la reciente historia de España. Una historia sobre la familia, la traición y la culpa.
«Oscuros secretos familiares encierran un pasado amenazador capaz de destruir el presente. ¿Heredan los hijos la culpa de los padres? Unanovela apasionante que pone a prueba la conciencia de los personajes y que sacude la del lector»".
Del acta del jurado
En 1916, en plena Primera Guerra Mundial, llegan a Cádiz dos barcos con más de seiscientos alemanes provenientes de Camerún. Se han entregado en la frontera guineana a las autoridades coloniales por ser España país neutral. Se instalarán, entre otros sitios, en Zaragoza y formarán allí una pequeña comunidad que ya no volverá a Alemania. Entre ellos estaba el bisabuelo de Eva y Fede, quienes, casi un siglo después, se encuentran en el cementerio alemán de Zaragoza en el entierro de Gabi, su hermano mayor. Junto con su padre, son los últimos supervivientes de los Schuster, una familia que llegó a formar un importante negocio de alimentación. Pero en los tiempos que corren el pasado siempre puede regresar para levantar ampollas.
El 8 de enero de 1982, la escultora colombiana Feliza Bursztyn murió en un restaurante de París. Tenía cuarenta y ocho años. En el momento de su muerte repentina la acompañaban su marido y cuatro amigos. Uno de ellos, el escritor Gabriel García Márquez, publicó días después un artículo que incluía tres palabras en apariencia simples, pero misteriosas en el fondo: «Murió de tristeza».
Juan Gabriel Vásquez parte de esas palabras para investigar en la vida secreta o desconocida de una mujer extraordinaria. Feliza Bursztyn se enfrentó siempre a la sociedad en la que le tocó vivir. Hija de una pareja de judíos expatriados en Colombia, artista revolucionaria en un tiempo de revoluciones políticas, mujer de espíritu libre en un mundo que desconfiaba de la libertad de las mujeres, llevó una existencia que puso en escena las grandes tensiones del siglo XX y, sobre todo, el deseo de ser dueña de sí misma.
En Los nombres de Feliza el autor funde con maestría la autobiografía, la realidad y la imaginación para entregar al lector una ficción asombrosa y desgarradora sobre cómo la vida íntima de un ser humano se ve inevitablemente arrollada por las fuerzas de la historia y la política.
Una inolvidable historia de amor y de guerra protagonizada por una mujer que, enfrentada a los mayores desafíos, sobrevive y se reinventa.
San Francisco, 1866: una monja irlandesa, embarazada y abandonada por un aristócrata chileno tras una apasionada relación, da a luz a una niña a la que llama Emilia del Valle. Criada por su cariñoso padrastro, Emilia se convertirá en una joven brillante de gran personalidad, autónoma e independiente, que desafiará las normas sociales de su tiempo para profesar su verdadera pasión
Hui de un crimen involuntario.
Hui de los hombres que no me quisieron.
Hui de una guerra.
Esta es mi historia, entre España y Orán, junto al Mediterráneo.
Orán. Años 20, siglo xx. En esta ciudad africana de origen árabe, pulso español y administración francesa desembarca una joven con el falso nombre de Cecilia Belmonte. En apariencia, ha cruzado el Mediterráneo para escapar de la miseria, como tantos compatriotas. Su razón, sin embargo, es más turbia.
La urgencia por sobrevivir la obliga a dejarse la piel en plantaciones y lavaderos, como empleada doméstica y operaria de fábrica a destajo. Hasta que una madrugada, en la tabaquera Bastos, participa en un delito por el que paga con su sometimiento a un hombre despreciable.
El sacerdote Luis Córdoba está a la espera de un trasplante de corazón. Es un cura amable, alto, gordo, pero su mismo tamaño hace que no sea fácil encontrar un donante. Como los médicos le aconsejan reposo y su residencia tiene muchas escaleras, recibe hospedaje en una casa donde viven dos mujeres, una de ellas recién separada, y tres niños. Córdoba, que es bueno y culto -crítico de cine y experto en ópera-, goza compartiendo lo que sabe con las mujeres sin esposo y los niños sin padre. Pronto se ve envuelto y fascinado por la vida familiar y, sin pretenderlo, empieza a desempeñar el papel de paterfamilias y a replantearse sus opciones de vida.
Salvo mi corazón, todo está bien es la historia de un sacerdote bondadoso -inspirado en un cura real- que pone a prueba sus creencias y su optimismo inquebrantable en un mundo hostil. Su crisis existencial, en medio de personajes llenos de ganas de vivir, nos muestra una visión del matrimonio como una fortaleza sitiada: los que están dentro quieren salir, y los que están fuera quieren entrar.
Una tarde, cuando Roberto Lanza se dispone a recoger a su hijo de cinco años a la salida de un colegio madrileño, la profesora le pide explicaciones sobre una sospecha de pedofilia que ha provocado algo que ha dicho el niño. Este es el desencadenante de una historia híbrida entre el thriller psicológico, la novela de corte social y una trama de estirpe kafkiana con un ritmo frenético y alta tensión narrativa. El entorno juzga sin pruebas y la culpa se cierne sobre la vida del protagonista, como en El proceso, convirtiéndola en un repentino infierno donde ni el amor ni las amistades son territorio seguro. En el patio del colegio cualquier comentario es fuente de paranoia en la psique compleja y atípica de Roberto Lanza. La encrucijada que se le ofrece lo lleva por caminos de alto riesgo y decisiones que casi nadie entendería.
Anabela y Rebeca comparten un pasado adolescente de amores y traiciones. Años después sus vidas vuelven a cruzarse en torno a un joven médico revolucionario cubano, que ha decidido no volver a ejercer ni salir jamás de su casa. Esta especie de 'inxilio' se convierte en el núcleo de una historia trepidante donde el autor interviene como un personaje más, tejiendo las biografías de estos tres personajes y la suya propia.
Clemente Aragón no entiende por qué, siendo un hombre casado y con buena reputación en la sociedad salvadoreña, continúa enredándose con mujeres. Su aventura con Blanca, esposa de un general y buen amigo suyo, podría haberse filtrado. Anida ahora en Clemente una nueva sensación de paranoia, que se acrecienta con unas misteriosas llamadas y el extraño suicidio de uno de los luchadores de lucha libre que asistía al grupo de Alcohólicos Anónimos que coordina.
Es finales de febrero de 1972 y, después de que el gobierno militar de El Salvador cometiera un fraude electoral, el nombramiento de un nuevo presidente desata las protestas y una oleada de intrigas y conspiraciones. Clemente preferiría mantenerse al margen, pero los acontecimientos se precipitarán a lo largo de un fin de semana, mientras el destino de la familia Aragón se entrelaza con la deriva de una nación en medio de un conflicto inagotable.
Erasmo Aragón sufre un abrupto cambio de vida al quedarse sin trabajo tras ser falsamente acusado de abuso sexual. La tensión que este incidente genera lo lleva a enterrar sus recuerdos. Sometido por los ansiolíticos, deja atrás la persona desinhibida que fue y se transforma en un ser torturado por la paranoia y en permanente estado de alerta. Durante el redescubrimiento de sí mismo conocerá a Joselin, enfermera que trabaja en la clínica psiquiátrica que sigue su tratamiento y a quien se aferrará como a un clavo ardiendo. Para cortar cualquier conexión con su pasado, Erasmo inicia junto a ella, en Suecia, una nueva vida que se verá sepultada por un alud de insatisfacción y dependencia.