Traición, alianza, amor, amistad, dolor y muerte. Al fin, Alice ha vuelto a reencontrarse con sus amigos. Sin embargo, la lucha no ha hecho más que empezar, y el peligro acecha más que nunca. En un mundo donde todo está a punto de desmoronarse, Alice sabe que las decisiones que tome serán cruciales para el destino de todos.
En las tenebrosas minas de sal de Endovier, una muchacha de dieciocho años cumple cadena perpetua. Es una asesina profesional, la mejor en lo suyo, pero ha cometido un error fatal. La han capturado. El joven capitán Westfall le ofrece un trato: la libertad a cambio de un enorme sacrificio. Celaena debe representar al príncipe en un torneo a muerte, en el que deberá luchar con los asesinos y ladrones más peligrosos del reino. Viva o muerta, Celaena será libre. Tanto si gana como si pierde, está a punto de descubrir su verdadero destino. Pero,¿qué pasará entretanto con su corazón de asesina?
Tras la muerte de su hermana, Dianna tiene un solo objetivo: la venganza. Pero superar el duelo no es fácil, y menos aún cuándo todo el mundo a su alrededor parece estar ocultándole algo. Samkiel, en cambio, solo quiere salvar a Dianna, no importa si el precio por ello puede llegar a ser su propia vida.
Con Kaden y su ejército acechándoles, Samkiel, Dianna y el resto de la Mano no pueden permitirse ni un solo error. Pero el tiempo se agota, y aún quedan muchos secretos por descubrir y muchas batallas por luchar.
Dianna solo piensa en una cosa: vengarse. Cuando le arrancan la poca humanidad que le queda, decide entregarse a su faceta más monstruosa y ver el mundo arder.
Samkiel, el único que se niega a aceptar que la chica a la que amó se ha convertido en el monstruo que todo el mundo dice ver en ella, está decidido a hacer lo que sea para salvarla de sí misma, aunque eso implique perderla.
Ahora que todos los reinos están sometidos al ejército de Kaden y que se avecinan nuevas amenazas, Samkiel no puede permitirse bajar la guardia. Pero, a medida que Dianna se vuelve más sanguinaria, se da cuenta de que el tiempo se le está agotando y no sabe si será capaz de salvarla y sobrevivir…
Donde hay dioses, hay monstruos.
CLAY
Las chicas Marymount somos buenas chicas. Castas, puras, casi inalcanzables, y lo importante no es serlo sino parecerlo. Yo no soy la excepción, sé portarme bien, con mi uniforme planchado, mi cuerpo erguido; de lunes a viernes soy la dueña del instituto y los domingos… una buena niña católica.
Esa soy yo, siempre tengo el control. No puedo confesar lo que realmente quiero, he de ocultarlo, cada día, cada hora, luchar contra el deseo constante de meter mi mano bajo su falda. Porque todos interpretamos un papel, y el mío es ser perfecta.
OLIVIA
Todos los días pongo rumbo al colegio Marymount con una motivación: graduarme y entrar en la universidad. No me avergüenzo ni de mi familia ni de mis orígenes, aunque todos en la escuela se dediquen a cuchichear sobre el largo de mi falda o el rojo de mis labios.
Ellos siempre me han despreciado y creen que no voy a defenderme. Se equivocan. Lo haré cuando esté a solas con ella y le demuestre que no hace falta que sea un chico quien la toque para dejar aflorar todo lo que esconde con tanto esfuerzo.
Holly Miller quiere que el próximo verano sea inolvidable. Es una chica responsable y trabajadora, pero pronto habrá un gran cambio en su vida y quiere sentir que ha aprovechado al máximo la etapa que está a punto de cerrar. No desea mirar atrás y arrepentirse de lo que ha dejado de hacer. Así que Holly tiene un plan y solo necesita a los Lions.
Jack Marchisio solo quiere largarse sin mirar atrás. Su vida es un desastre desde hace tres años, el tiempo exacto que lleva cargando con problemas que ni siquiera son suyos, pero ya falta muy poco para alejarse de todo y no piensa renunciar a su brillante futuro por nada ni por nadie. Jack es el rey de los Lions. Todos lo saben y lo respetan.
Un trato. Dos condiciones. Y el mundo de Jack y Holly se pondrá patas arriba.
Da igual las veces que Jack se haya repetido que es un error fijarse en esa chica rara que siempre tiene la cabeza metida en un libro, porque no puede dejar de pensar en ella. No importa que Holly se diga una y otra vez que no puede haber sentimientos con el arrogante y estúpido quarterback, porque él está marcando la diferencia.
Dos fuertes temperamentos, dos polos opuestos, sueños por cumplir, barreras que tumbar y un amor indomable y extraordinario con la fuerza de un millón de fuegos artificiales.