El prestigioso historiador Marcus Rediker arroja luz sobre los rincones más oscuros de los barcos esclavistas británicos y estadounidenses del siglo XVIII, instrumento imprescindible de la mayor migración forzada de la historia y una de las claves de los orígenes y el crecimiento del capitalismo global. Basándose en treinta años de investigación en archivos marítimos, registros judiciales, diarios y relatos de primera mano, reconstruye con escalofriante detalle un mundo casi perdido en la historia: las «cárceles flotantes» al frente del nacimiento de la cultura afroamericana, el eslabón perdido en la cadena de la esclavitud estadounidense. Durante tres siglos, los barcos de esclavos transportaron a millones de personas desde las costas de África hasta las Américas a través del Atlántico. Se sabe mucho sobre el comercio de esclavos o el sistema de plantaciones estadounidense, pero poco sobre los barcos que lo hicieron posible. Rediker recrea el drama humano que se desarrollaba en estas embarcaciones, las vidas, muertes y terrores de capitanes, marineros y esclavos a bordo de una «prisión flotante» rodeada de tiburones. Desde un joven africano secuestrado de su aldea y vendido como esclavo por una tribu vecina hasta un aspirante a sacerdote que acepta un trabajo como marinero en un barco de esclavos, aquí se narra una historia de tragedia y terror, pero también de resiliencia y supervivencia. Un documento imprescindible que restaura el barco de esclavos a su lugar legítimo junto a la plantación como instituciones formadoras de la esclavitud, un retrato vívido e inolvidable del barco fantasma de nuestra conciencia moderna.
Francisco Fuster aborda en este ensayo el proceso de creación, el contexto de recepción y de difusión de El árbol de la ciencia. En cierto sentido, esta novela de Pío Baroja es un episodio nacional: las vicisitudes de un individuo concreto, Andrés Hurtado, los ataques que sufre, los desencantos que padece, ejemplifican y compendian los que sus compatriotas sufren y provocan con su acción o su inacción. El narrador deplora las anomalías clásicas de España, los desajustes que va a ir diagnosticando: la desidia, el abandono, la fuerza bruta, el cinismo. Y lo hace parafraseando a Hurtado, reproduciendo sus sentimientos y sus pensamientos.
«Nueva York es una ciudad de cosas que se pasan por alto», escribió hace sesenta años un joven reportero llamado Gay Talese, que pasaría el resto de su carrera desafiando su propia afirmación al prestar atención a aquellos detalles que los demás escogían ignorar y convirtiéndose así en uno de los padres del Nuevo Periodismo. Ahora, a sus más de noventa años e inspirado en el memorable personaje de Melville, Talese echa la vista atrás pararecordar a todas esas personas anónimas que definen una ciudad como Nueva York, desde el escritor de obituarios del New York Times hasta el entorno de Frank Sinatra, o el doctor Nicholas Bartha, un moderno Bartleby que prefirió volar por los aires su edificio en el Upper East Side, muriendo y matando en el acto, antes que renunciar al sueño americano. Retratos agudos de aspirantes a ricos, inmigrantes en apuros, magnates rusos e incluso un traidor durante la Guerra de la Independencia que configuran una ciudad caleidoscópica y suponen una última mirada atrás en esta obra de despedida del gran maestro en el arte de contar historias.