Un ensayo clave para entender el fascismo español en todas sus dimensiones.
De todas las dictaduras europeas del siglo xx solo hubo dos «regímenes fascistas» significativos y las diferencias entre ellos eran tan profundas que parecían no pertenecer a la misma tipología política: el italiano original y el nacionalsocialismo alemán.
En España influyó especialmente el fascismo italiano, porque llegó primero y porque era un país más afín que Alemania, aunque realmente no se desarrolló hasta la Segunda República. En esencia, el fascismo español, representado por Falange, era muy débil, y la caída del Gobierno de Mussolini en 1943 también inició un largo proceso de abandono, que se materializó con la transformación de Falange en Movimiento Nacional por Franco, cuyo final no se produjo hasta 1977.
Las figuras de José Antonio Primo de Rivera y Franco confluyeron en un momento crítico de la historia española. La victoria del segundo en la Guerra Civil sirvió, en parte, para difuminar la personalidad y la obra del fundador del fascismo en España.
Conceptos como raza, identidad y colonialismo han cobrado un renovado protagonismo en la discusión pública actual, por lo que la obra de Frantz Fanon y su influencia en diversas corrientes filosóficas despierta hoy un vivo interés. La profunda originalidad de sus planteamientos sobre los fenómenos de alienación y la formación de complejos de inferioridad en los pueblos colonizados, o la violencia de los colonizadores, hacen que su voz, alejada de la academia y de los circuitos intelectuales, sea de nuevo escuchada. En este libro, Tommaso Sgarro presenta el pensamiento de Fanon como una verdadera contribución a la filosofía del siglo xx. En diálogo crítico con la filosofía hegeliana, el existencialismo, el psicoanálisis y el marxismo, la obra del martiniqués propone desafiar al humanismo occidental mediante una nueva interpretación de la dialéctica y desmonta la dinámica psicológica y social del colonialismo, buscando una praxis renovada de transformación humana.
George Charles Roche III publicó en 1971 un libro susceptible de descubrirnos la personalidad de su protagonista más allá del papel que desempeñó como figura fundamental del movimiento librecambista y defensor y propagandista de los principios liberales.
En Frédéric Bastiat: Un hombre único, además de explicarse la vida y la obra del personaje en el marco de la historia política y de las ideas sociales y económicas de la Francia de la época, se presenta al personaje como un defensor de los derechos de la gente de la calle, que es la que más sufre los efectos de las políticas erróneas de los gobiernos.
Por ello la educación de la población fue siempre para él una cuestión fundamental, que relacionaba con el funcionamiento mismo del sistema democrático, en el que , en principio, el gobierno y la ley están sometidos a la voluntad popular: pero sabemos que, en muchos casos, lo que defienden las leyes son intereses particulares de determinados grupos, a costa de los derechos e intereses de otros.