Fuente inagotable de constante reflexión artística e intelectual, el mito griego nos trae los ecos –familiares y extraños a un mismo tiempo– de los relatos de dioses y héroes que nos anclan a los orígenes de nuestra civilización. Evocados por los poetas épicos y trágicos griegos y latinos, la pervivencia de estas narraciones se debe en buena medida a la labor de los mitógrafos que, como Diodoro de Sicilia, registraron por escrito las acciones de estos personajes de extraordinaria presencia en el arte, la literatura y el pensamiento occidental.
'Anthia contuvo la respiración. Estaba nerviosa. El parto de su amiga Dorema se complicaba…'. Así comienza este relato de la vida de una mujer grecorromana del siglo I en la populosa ciudad de Éfeso.
A lo largo de una semana, el lector es invitado a acompañar a esta mujer de clase baja por las callejuelas y plazas, por los baños y mercados de la capital de la provincia romana de Asia.
Pero ser mujer en la Antigüedad, al igual que niño, anciano o esclavo, era una profesión de alto riesgo. Las malas condiciones laborales, el hacinamiento en las casas, la deficiente higiene y la alimentación precaria complicaban de tal modo la vida que sólo las divinidades aparecían como asideros para conservar la esperanza.
En la ciudad de Éfeso, cuya envidiada prosperidad tenía como pilares el lucrativo templo de Artemisa, los negocios que propiciaba su puerto en el mar Mediterráneo y la protección de Roma, nada hacía suponer que el sereno discurrir de sus días y la estabilidad social iban a verse alterados por un nuevo grupo venido de Oriente.
Un libro sobre la batalla más decisiva en la proclamación de la libertad de los esclavos.
¿Por qué la batalla de Antietam fue la más trascendental de las victorias de la Unión? ¿En qué momento los esclavos fueron los protagonistas en la lucha por la reunificación del país? ¿Qué papel desempeñó la escasez de algodón durante este conflicto? ¿Y qué influencia ejerció la prensa a medida que se sucedían los combates?
El historiador James M. McPherson responde a estas preguntas a través de la crónica de un enfrentamiento encarnizado en el que los giros propios de la guerra adquieren toda su dimensión. Partiendo de los acontecimientos que desembocaron en la batalla que se libró entre el arroyo de Antietam y el río Potomac el 17 de septiembre de 1862, el autor retrata vívidamente tanto el alto mando del ejército nordista y los errores estratégicos de los bandos enfrentados como las decisiones del presidente Lincoln, la política exterior de los sudistas y los altibajos de la opinión pública, pasando por el relato de cómo la victoria militar en Antietam permitió proclamar la emancipación de los esclavos y cambió por completo el carácter de la guerra.