Los Cuadernos negros representan una forma que, en su estilo, posiblemente resulte singular no solo en Martin Heidegger, sino en general en toda la filosofía del siglo XX. El género con el que mejor se los podría comparar sería el «diario de pensamientos» o el «diario filosófico». Pero mientras que esta designación casi siempre relega los escritos que quedan comprendidos bajo ella al margen de unas obras completas, el significado de los Cuadernos negros habrá que considerarlo sin embargo aún en el contexto del «pensar inicial» de Heidegger.
Esta cuarta entrega de los Cuadernos negros contiene las «Anotaciones I-V», que arrancan cuando se inicia la derrota alemana en la guerra mundial y prosiguen en la inmediata posguerra. Al comienzo de las «Anotaciones IV» Heidegger cita la siguiente frase de Leibniz: «Quien solo me conoce por mis libros no me conoce». Esta frase da una indicación sobre el significado de los Cuadernos negros en su conjunto. Ellos constituyen unos singulares manuscritos escritos al margen de la esfera pública. Incluso de forma distinta que los tratados inéditos, como por ejemplo los Aportes a la filosofía (Acerca del evento), le ofrecen a Heidegger la posibilidad de escribir sin trabas su pensar sin parar mientes en formalismos.
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús».
Por qué algunas ideas radicales pasan a la historia y otras fracasan?
Tendemos a pensar en las revoluciones como algo ruidoso: frustraciones y demandas que se gritan en las calles. Pero las ideas que las alimentan se han concebido tradicionalmente en espacios mucho más silenciosos, en rincones apartados donde una vanguardia puede imaginar realidades alternativas y deliberar sobre cómo llegar a ellas. Este extraordinario libro es una búsqueda de esos espacios, a lo largo de siglos y continentes, y una advertencia de que —en un mundo dominado por las redes sociales— podrían extinguirse pronto.
Antes de la tormenta es un gran panorama que se abre con la correspondencia del siglo XVII que puso en marcha la revolución científica y avanza en el tiempo para examinar los motores del cambio social: las peticiones que aseguraron el derecho al voto en la Gran Bretaña de 1830, los fanzines que dieron voz al descontento de las mujeres a principios de la década de 1990, e incluso las aplicaciones de mensajería encriptadas utilizadas por los epidemiólogos que luchaban contra la pandemia a la sombra de una administración inepta. En cada caso, Beckerman muestra que nuestros movimientos sociales más definitorios —desde la descolonización hasta el feminismo— prosperan cuando se les da el tiempo y el espacio para gestarse antes de difundirse ampliamente.