HUMANIDADES

Nagarjuna (ca. 150-250), filósofo indio y fundador de la escuela de la vía media, fue probablemente el pensador budista más influyente, tras el propio Gautama Buda. Su época fue abundante en discusiones y controversias filosóficas que acabaron convirtiéndose incluso en competición y espectáculo. Aun haciendo el indispensable esfuerzo dialéctico para demostrar aquello que tiene como objetivo, "Abandono de la discusión" propone el desprendimiento -ideal del sabio- de todas las creencias y opiniones que sustentaban estas pugnas, por no ser más que distracción para la mente diáfana y atenta a la que apunta la enseñanza budista. Conviene que la mente rehúya las especulaciones y atienda a los dos elementos genuinos que están en juego en samsara y de los que depende la cultura mental budista: la percepción y el deseo.

¿Qué es la cultura?, preguntó el ingenuo. Un jardín sin letrinas, respondió el ingenioso. Gracias a esta visión beatífica de la cultura, hemos construido un mundo capitalista que exuda transparencia, empoderamiento, autenticidad y humanitarismo. Los lenguajes que utilizamos para hablar de nosotros mismos nos convierten en una suerte de ángeles de la democracia. Y ello sin que, al tiempo que nos concebimos culturalmente en un espejo tan favorecedor como el de la igualdad y la diversidad, dejemos de actuar como criaturas interesadas que trabajan, consumen y, en definitiva, practican los rituales del turbocapitalismo. Esta tensión entre nuestras dos almas apenas es hoy un eco apagado que no levanta ninguna sospecha. Es como si cultura y capitalismo, enemigos históricos durante mucho tiempo, se hubiesen fusionado en el nirvana del culto al yo, se decline este en la mediocridad de los intereses o en la sublimidad de los sentimientos. Frente a esta antropología un tanto pazguata, cabría insistir, con Bernard Mandeville, el deslumbrante autor de La fábula de las abejas, en que no podemos ser inocentes en sociedades prósperas. Es decir, que el idealismo moral, incluso el propio de democracias subyugadas por la religión de la cultura, el activismo sentimental y la prédica del empoderamiento, no halla cabida en unas rutinas y actividades sociales pautadas por los vicios privados que engrasa el capitalismo.

Cuando a una persona se le diagnostica esquizofrenia, su familia también sufre las consecuencias, se ve afectada y, para más dificultad, cada familia enferma de una forma diferente. Carles Ballús-Creus, doctor en Psicología, especialista en Psicologia Clínica y terapeuta familiar, trabaja para la Unitat d’Esquizofrènia del Hospital Clínic de Barcelona. En este libro nos presenta una guía en la que los profesionales podrán encontrar ideas, consejos y soluciones para orientar y ayudar a las familias de pacientes con trastornos mentales graves y crónicos de una forma eficaz, detallada y metódica. El doctor Ballús-Creus nos propone un gran abanico de maneras de iniciar una relación terapéutica que tenga en cuenta a la familia, como desarrollar un Taller sobre Esquizofrenia (o sobre otros trastornos mentales graves), hacer un seguimiento de cada familia o poner en marcha un Grupo de Apoyo para los Familiares. Para ello hay que adaptar el programa a los diferentes dispositivos asistenciales en los que se puede atender a los familiares. El autor también incluye algunas sugerencias sobre cómo realizar derivaciones útiles y efectivas sin caer en malentendidos ni situaciones insidiosas. Abordar la esquizofrenia es un manual práctico que presenta un programa que no solo atiende a las necesidades de los pacientes, sino que además contesta las demandas, a menudo silenciadas, de los familiares. Una guía indispensable para todos aquellos profesionales que buscan un método de actuación más amplio para tratar este trastorno.