Jonathan Ramos, a través de esta obra, ofrece la información necesaria para conocer y comprender el entramado político, económico y social que se ha gestado desde la antigüedad hasta nuestros días, conformado por un pensamiento único y débil. Ofrece una visión serena y explica que “la muerte de Dios”, más bien provocó la muerte del hombre al aniquilar conceptos como “dignidad humana” para ser solo consumidor de placeres y bienes aparentes, con la consecuente pérdida del sentido de la vida, la belleza y la bondad.
¿Por qué “la diosa razón” no es suficiente para mantener vivo al ser humano? ¿Qué sucedió al trasladar la teología luterana a la vida política y social? El texto, minuciosamente elaborado, deja claro cómo han influido a lo largo del tiempo, las críticas y propuestas de Marx y Nietzsche en el comportamiento humano, pero también cómo sus escritos han sido manipulados en la práctica y trasladados a circunstancias ajenas a las cuestiones concretas que les inspiraron en su época. También señala la influencia de Hobbes y Hegel; la ligereza con la que se ha dado asentimiento a autores como Foucault y Derrida; el regreso de los sofistas y los estragos de los imperialismos de toda índole, sean religión-estado o autoritarismos socialistas y liberales.
Concluye con lo que podemos considerar consecuencias del Progresismo: Posthumanismo, Tranhumanismo, neo-nihilismo, y neo-cinismo. Cataloga los orígenes de las guerras, las migraciones, la trata de personas, la pobreza extrema, las ideologías desfragmentadoras como parte de la crisis decadente de las últimas décadas. Frente a este catálogo de deconstrucción social, Ramos ahonda en los fundamentos metafísicos de la antropología filosófica para defender la dignidad humana, el orden como custodio del ser ontológico de la persona y la verdad para el diálogo social, entre otros aspectos.