Una obra revolucionaria, la historia de la evolución humana y animal más importante desde El origen de las especies de Darwin, por el más insigne de sus sucesores.¿De dónde venimos? ¿Qué somos? ¿Adónde vamos?En una obra apasionante que culmina el trabajo de toda una vida, Edward O. Wilson plantea estas tres cuestiones fundamentales y demuestra que la religión, la filosofía y la reflexión no pueden dar respuestas por sí solas, y que la única forma realista de resolver el enigma de nuestra condición humana pasa por la erudición científica.El más insigne sucesor de Darwin rediseña la historia de la evolución y recurre a su vasto conocimiento de la biología y del comportamiento social para revelar cómo la «selección de grupo» puede ser el único modelo que explique el origen del hombre, su dominación y su posterior conquista del planeta. La crítica ha dicho... «Una explicación de gran envergadura acerca del ascenso humano a la dominación de la biosfera, redondeada con extensas reflexiones sobre el arte, la ética, la lengua y la religión.» The New York Times
En el centro de la filosofía del derecho de Robert Alexy se halla la tesis de la doble naturaleza del derecho: su dimensión real y su dimensión ideal. Mientras que la dimensión real se expresa en los elementos de la positividad autoritativa y de la eficacia social, ligados con la decisión y la coerción, la dimensión ideal se define a través de la corrección de contenido y de procedimiento que, esencialmente, incluye la correción moral en forma de justicia. La tesis de la doble naturaleza implica por tanto el no-positivismo jurídico.
Howard Gardner, que ya revolucionó nuestra concepción de la mente con su teoría de
las inteligencias múltiples, nos ofrece ahora una obra trascendental sobre los objetivos
de la educación. En este libro, Gardner reúne los discursos de sus obras anteriores en
una nueva e importante síntesis destinada a padres, educadores e interesados en general.
El texto va más allá de cuestiones locales y explora las cualidades que debe poseer toda
persona formada en cualquier especialidad, así como los modos de transmitir esa
formación a sus alumnos. Gardner argumenta con entusiasmo que toda enseñanza
debería reforzar en los estudiantes la comprensión de la verdad y la falsedad, la belleza
y la fealdad, la bondad y la maldad, tal como las definen sus propias culturas. En
La. educación de la mente y el conocimiento de las disciplinas, Gardner explora la teoría de
la evolución, la música de Mozart y las consecuencias del Holocausto como ejemplos ilustrativos de la naturaleza de la verdad, la belleza y la moralidad. Su objetivo final es una ciudadanía educada que comprenda el mundo físico, el mundo biológico y el mundo social, y que sepa aplicar esta comprensión a su mundo personal, social y cultural. Lejos de la mentalidad basada en los contenidos y la experimentación que se ha apoderado tanto de los ciudadanos como de los legisladores, la educación que propone ayudará a las generaciones más jóvenes a aceptar los desafíos del futuro, conservando al mismo tiempo las metas tradicionales de una educación «humana».