Desde su independencia de la Corona británica el interés por la organización política estadounidense ha sido objeto de atención por parte de todo tipo de estudiosos. El fin de la Segunda Guerra Mundial vio cumplido el conocido vaticinio de Alexis de Tocqueville de que Estados Unidos y Rusia tendrían «un día en sus manos los destinos de la mitad del mundo, el primero dominado por la libertad como medio de acción, y la segunda, por la servidumbre». La liquidación de la Unión Soviética convirtió a la república norteamericana en la principal potencia hegemónica mundial, cuya vulnerabilidad sin embargo quedó al descubierto tras los atentados del 11-S. Este libro constituye un manual universitario de primer orden, y además una útil herramienta para todo aquel que desee adentrarse en temas básicos del sistema político de Estados Unidos: la vigencia del excepcionalismo como visión propia de su desarrollo histórico; la importancia del liderazgo presidencial en sus diferentes roles, sus aciertos y errores; el funcionamiento y organización del Congreso, extremadamente polarizado especialmente bajo las últimas presidencias de Clinton, Bush y Obama, dificultando la toma de decisiones sobre la deuda y el déficit públicos, la extensión de los derechos civiles, el desempleo estructural o la política de inmigración; la importancia de los tribunales y el derecho en la judicialización de la vida política y en el desarrollo de las libertades públicas, destacando las sentencias cruciales del Tribunal Supremo de EEUU; el declive de la participación electoral; la singularidad de los partidos políticos con respecto a la tradición europea, el sistema de partidos y su evolución; las formas y vías de actuación de individuos y corporaciones que presionan y tratan de influir en la rama ejecutiva y en el Congreso; o la cultura como soft power del american way of life, reflejada en la relación de películas, documentales y series de televisión que acompañan cada capítulo.
Narrar es disponer acontecimientos en el tiempo: el tiempo de la ficción transforma a su antojo el tiempo del calendario. Los acontecimientos de la novela o del cueento constituyen un proceso temporal; ocurren durante un cierto período y se suceden en un cierto orden.
«La 'Revolución Cultural', que de revolucionario sólo tuvo el nombre, y de cultural el pretexto táctico inicial, fue una lucha por el poder que se entabló en la cúspide entre un puñado de individuos, [...] Para el pueblo, el maoismo puro significa la sustitución de las legitimas exigencias materiales, intelectuales y sensibles de la naturaleza humana por una mística política austera y fanática, la imposición de un estado permanente de movilización casi militar, la destrucción implacable de todos los valores tradicionales, una desoladora existencia monótona, el establecimiento de un desierto cultural, una universal beatería, y una aridez y un aburrimiento interrumpidos solamente por explosiones periódicas de violencia y de activismo histérico».