Martha C. Nussbaum, reconocida por su elocuencia y clara visión moral, muestra cómo el abuso y el acoso sexual derivan del uso de las personas como cosas en beneficio propio; al igual que otras formas de explotación, están arraigadas en el desagradable sentimiento de orgullo. Así, la autora denuncia la existencia de tres «Ciudadelas de la soberbia» desde cuya cúspide los hombres todavía acaparan todo el poder: el poder judicial, las artes y los deportes.
En Ciudadelas de la soberbia, Nussbaum analiza cómo dicho orgullo perpetúa el abuso sexual sistémico, el narcisismo y la masculinidad tóxica. El coraje de muchos ha provocado algunas reformas, pero la justicia sigue siendo esquiva, pervertida a veces por el dinero, el poder o la inercia; y también por un deseo colectivo de venganza.
Al analizar los efectos de la ley y las políticas públicas en la definición de violencia sexual, Nussbaum aclara cómo las brechas en las leyes permiten, en muchas ocasiones, que esta violencia prolifere y de qué manera dichas fisuras deben complementarse con una comprensión de las emociones distorsionadas que generan el abuso; y por qué la ira y la venganza rara vez logran un cambio duradero.
Ciudadelas de la soberbia ofrece una acusación condenatoria de la cultura del poder masculino que aísla a los abusadores poderosos de la responsabilidad. Sin embargo, Nussbaum ofrece un camino esperanzador a seguir, y visualiza un futuro en el que, a medida que las víctimas se movilizan para contar sus historias y las instituciones persiguen una reforma justa y matizada, podríamos reconocer plenamente la igual dignidad de todas las personas.
Paisajes de interacciones estético-artísticas en proyección de futuro constituye el subtítulo de este libro colectivo que viene, precisamente, a destacar no solo como palabras-clave sino como ideas-concepto fundamentales el paisaje y su concepción estética que se relanza hacia el futuro en el marco de las ciudades ante la época de las post-utopías. La estructura del monográfico se compone de tres partes articuladoras que en total, contienen ocho capítulos gracias a las aportaciones muy generosas de otros/as tantos/as autores/as, con propuestas que derivan claramente de las experiencias y trayectorias investigadoras que poseen, tratándose de trabajos de carácter más puntual o prolongado pero que en todo caso, sus valores de originalidad e innovación les han hecho merecedores de integrar los ejes temáticos del volumen.
Las páginas de Ciudades-(post)-utópicas, recogen y acogen contribuciones seleccionadas y contrastadas, enfocadas desde las disciplinas de la arquitectura, la historia, las artes plásticas, el urbanismo, la sociología y la antropología; distribuidas sobre la base de los imaginarios urbanos, los territorios simbólico-signitivos así como las quimeras y ficciones de urbes insólitas. Un estudio introductorio y ensayístico además de un epílogo reflexivo que combina texto y dibujos como imagen gráfica-artística, ofrecen la apertura y el colofón de la edición.
El sueño utópico de la ciencia, imitar el cerebro humano sin sus imperfecciones, y la vertiginosa aceleración de la IA, nos conducen sin remedio hacia una «civilización artificial» en la que cohabitarán seres humanos y máquinas. Incisivo, aunque esperanzador, Lassalle analiza las consecuencias culturales, geopolíticas y filosóficas de este fenómeno.
Se habla mucho de las extraordinarias oportunidades y riesgos de la IA. Sin embargo, no se piensa apenas en lo que supone filosóficamente para la humanidad impulsar el desarrollo de «algo» que está siendo programado para ser «alguien» consciente. Un «alguien» sintético al que se dota de capacidades cognitivas inimaginables, pero sin la conciencia ni los condicionantes morales que acompañan la existencia del creador a quien replica: el ser humano. La IA es «algo», todavía. Aunque no sabemos por cuánto tiempo. Va camino de convertirse en la apoteosis de una ciencia que, heredera de Hobbes, ha creído que el conocimiento es poder.