La Vida de Samuel Johnson, de James Boswell, «delicia y orgullo del mundo de habla inglesa», según G. B. Hill, es considerada unánimemente la biografía más lograda que se ha escrito jamás. Pese a que Johnson, coloso de la literatura de su tiempo, era un personaje complejo, Boswell logra presentárnoslo en su insólita riqueza gracias a su conocimiento personal y al minucioso trabajo de recopilación de los testimonios de muchos otros contemporáneos: a través de las enjundiosas conversaciones con Johnson, de sus cartas, poemas, traducciones, panegíricos, críticas o artículos para revistas, va emergiendo el personaje desde su juventud hasta su consagración, con tal viveza que el lector tiene la impresión de conocerlo como si hubiera tenido el privilegio de tratarlo. Y así, merced a una prodigiosa combinación de afecto, respeto, destreza y rigor, Boswell consiguió dar vida al personaje retratado para que trascendiera su existencia temporal y propagara su influjo durante siglos. No es extraño que el tiempo haya convertido la Vida de Samuel Johnson en un auténtico modelo del género biográfico. «Sería difícil encontrar una refutación más contundente de las lecciones de moralidad barata que la biografía de Boswell. Uno de los éxitos más notables de la historia de la civilización lo logró un individuo que era un vago, un libidinoso, un borracho y un esnob. Y tampoco fue uno de esos éxitos explosivos y repentinos que suelen ser frecuentes entre los genios jóvenes, como el florecer de un Rimbaud o un Swinburne.