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VIETNAMITAS CONTRA FRANCO

La cultura escrita clandestina durante la Dictadura de Franco fue un mundo oculto y ocultado. Depositaria del poder de la palabra escrita y de la fuerza de lo prohibido, la clandestinidad alimentó extraordinarios procesos creativos, en situaciones límite, con imaginación, destreza y desafíos constantes a través de una literatura y un arte de agitación, en todas sus formas expresivas. Los libros proscritos, los libritos con cubiertas falsas, los periódicos impresos clandestinos y los realizados a mano en las cárceles, los boletines, las cartas troceadas, los documentos falsificados, los mensajes cifrados, las poesías, las pegatinas y miles de hojas volantes y octavillas tiradas en precarias maquinitas de fabricación casera llamadas "vietnamitas", configuraron el amplio repertorio de las letras clandestinas, que se volcaron también en pintadas, carteles, grabados, pancartas o murales de un arte disidente. Los clandestinos tuvieron vidas dobles, que discurrieron por espacios escondidos y actividades secretas, como respuesta a la persecución por parte del Estado vencedor de la guerra civil que, de forma implacable, proyectó la eliminación de sus adversarios y el control de sus disidentes. Se movieron de manera subterránea a impulsos de su capacidad de resistencia, sorteando los procedimientos represivos con un combate de tinta. Las "vietnamitas" simbolizaron un gesto tenaz de rebeldía permanente y se convirtieron en el emblema de la agitación y de la lucha contra la Dictadura. Eran las "vietnamitas contra Franco". Este libro rescata un mundo silenciado y hasta ahora perdido en la clandestinidad de la Historia.
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VIGILAR Y CASTIGAR

Quizás hoy provoquen vergüenza nuestras prisiones. El siglo XIX se sentía orgulloso de las fortalezas que construía en los límites de las ciudades y, a veces, en el corazón de éstas. Se complacía en esa nueva benignidad que reemplazaba los patíbulos. Se maravillaba de no castigar ya los cuerpos y de saber corregir en adelante las almas. Aquellos muros, aquellos cerrojos, aquellas celdas figuraban una verdadera empresa de ortopedia social. Quienes robaban eran encarcelados, también aquellos que violaban o mataban. ¿De donde proviene el curioso proyecto de encerrar para corregir, disciplinar, controlar, que traen consigo los códigos penales de la época moderna? ¿Es una herencia de las mazmorras medievales? Más bien, una tecnología novedosa: el desarrollo de un conjunto de procedimientos de coerción colectiva para dividir en zonas, medir, encauzar a los individuos y hacerlos a la vez 'dóciles y útiles'. Vigilancia, ejercicios, maniobras, puntajes, rangos y lugares, clasificacionbes, exámenes, registros: una manera de someter a los cuerpos, de dominar las multiplicidades humanas y de manipular sus fuerzas, que fue desplegándose en los hospitales, en el ejército, las escuelas y los talleres: la disciplina. El siglo XIX inventó, sin duda, las libertades, pero les dio un subsuelo profundo y sólido: la sociedad disciplinaria, de la que aún dependemos.
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VILLANOS DE TODAS LAS NACIONES

Los piratas tienen una larga trayectoria en la cultura popular, que abarca desde los cuentos infantiles de la isla del tesoro hasta las innumerables películas sobre los piratas del Caribe. En este libro, Rediker nos ofrece una perspectiva propiamente histórica acerca del capítulo que constituye la principal fuente de inspiración de estas imágenes: las tripulaciones piratas que se forman entre el final de la Guerra de Sucesión española en 1714 y el final de la década de 1720, cuando la mayor parte de los barcos pirata son hundidos o capturados y sus tripulantes exterminados o dispersados. Lejos, sin embargo, de ofrecer una imagen más sobria y menos excitante, la investigación histórica aporta materiales sorprendentes sobre una experiencia que se muestra netamente popular y rebelde. Villanos de todas las naciones presenta y analiza, de forma rigurosa y amena, las razones de la piratería: la revuelta y el motín contra la disciplina del barco transatlántico, la estricta democracia en el gobierno del barco pirata, el internacionalismo de sus tripulaciones y la exaltación de una «vida alegre y breve», frente a la miseria y la brutal explotación de este primer proletariado marítimo.
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