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TOP SECRET. UN SIGLO DE ESPIAS

La historia del espionaje moderno arranca con la Primera Guerra Mundial y la que quizá haya sido la espía más llamativa de la historia: Mata Hari. Desde esa temprana fecha hasta nuestros días el uso de espías y el desarrollo de los servicios de inteligencia no ha parado de crecer, convirtiéndose en una de las grandes fuerzas que dominan el mundo.Top Secret. Un siglo de espías: de Mata Hari a Snowden nos muestra la evolución de las técnicas de espionaje, marcadas por la creciente sofisticación de una tecnología impensable hace poco más de un siglo. Y es que el mundo de la inteligencia ha desarrollado unos recursos y una cultura propia que podrían llegar a suplantar al poder soberano elegido por la voluntadpopular.Desde esa temprana fecha, hasta la actualidad, Fernando Martínez Laínez repasa la historia de algunos de los más destacados y sorprendentes espías que ha dado la profesión, ofreciéndonos una panorámica de la etapa más decisiva de la historia del espionaje.Como nos recuerda el siempre citado Napoleón: "ni la bravura de la infantería, ni de la caballería o la artillería han decidido un número tan elevado de batallas como esta arma maldita e invisible de los espías".
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TRABAJO, ARTE Y VALOR

Una gran parte de los artistas visuales que desarrollan su trabajo en la actualidad viven en condiciones precarias y con muy pocos incentivos para su trabajo. Esa es una realidad conocida en el sector, y que se corresponde sociológicamente con el rol de marginalidad proverbial que ha caracterizado a lo largo del tiempo la escena del arte. Pero los artistas son testigos de nuestro mundo y ejercen su papel como peculiares activistas culturales. Aportan radiografías plurales, emblemas de una sociedad en cambio, expresan pautas de vida, generan huellas proyectadas hacia el futuro, atisban “lo nuevo”: son los creadores del patrimonio contemporáneo. El arte es un espacio de interrogantes donde afloran respuestas provocadoras a preguntas inquietas. El artista realiza su trabajo interpretando el mensaje de una difusa voluntad colectiva. Aspira a esa empatía y comunicación real: transmitir sentimientos y emociones propias para compartirlas. Pone sus ojos, su mirada, su corazón y sensibilidad al servicio de la sociedad: a la búsqueda de un latido común. El auténtico artista aporta oxígeno para respirar mejor.
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TRAIDORES EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

Traidores para unos, y héroes para otros, que cambiaron para siempre el rumbo de nuestra historia. Desde Bartolomé de las Casas a Adolfo Suárez, conocemos la infidelidad a una particular idea de España a través de distintos personajes y épocas. Pedro Sánchez es considerado por muchos un traidor a España, pero otros lo ven como un héroe de nuestro tiempo frente a la derecha y la «ultraderecha». No es la primera vez en la historia de nuestro país. Ocurre con Bartolomé de las Casas, que para unos desveló el «genocidio» y otros lo tienen por un mentiroso sobre el que se forjó la Leyenda Negra. También ha pasado con nacionalistas como Sabino Arana, un racista infumable que es el «padre de la Patria» para el PNV, un partido que traicionó a todos, a franquistas y republicanos. Lo mismo se puede decir de Macià, militar que juró la bandera española, y de Companys, del que desconfió incluso Azaña. El socialista Julián Besteiro y el anarquista Cipriano Mera han sido calificados por los comunistas como grandes traidores por el Golpe de Casado, en 1939, que puso fin a la Guerra Civil. El franquismo fue especialista en señalar supuestos traidores a España, entre ellos, a los del «contubernio de Múnich». Incluso Adolfo Suárez fue tratado como un traidor por el búnker franquista. ¿Y qué decir de los héroes de la independencia de la América española? Allí son héroes y aquí traidores. Lo mismo cabe decir de Rizal y Aguinaldo en Filipinas, o de Abd el-Krim, que vivió de España hasta que decidió matar españoles. Ahí están también los afrancesados, los «famosos traidores» para los absolutistas, o Roque Barcia, que quiso que Cartagena estuviera protegida por Estados Unidos frente al Gobierno de la República. En esta obra divulgativa y de entretenimiento se trata de la traición como una infidelidad a una particular idea de España, siendo consciente de que ha habido muchas ideas de cómo debía ser este país; las diversas «españas». Dicha traición pudo ser a la unidad de la nación o a su confederación, a la monarquía o a la república, a Franco o a la democracia, al imperio o al Estado liberal, pero siempre a una idea de España.
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