Un llamamiento a involucrarnos cívicamente para tomar las riendas de nuestro futuro
Los ciudadanos tendemos a culpar al Estado, al mercado o a cualquier otra entidad abstracta cuando estamos insatisfechos. Los actores económicos, ocupados únicamente en la maximización del beneficio propio, no tienen ninguna motivación racional para interrogarse por el bien común. Asimismo, los poderes públicos se desentienden de las consecuencias finales de sus acciones.
El jurista Rodrigo Tena sostiene que la huida de la responsabilidad es el fenómeno más importante en la vida pública actual, que ha contaminado a todos los agentes sociales y que tiene múltiples manifestaciones. Delegamos en el sistema nuestros compromisos individual y colectivo, y a su vez el sistema se rige por incentivos perversos que fomentan el comportamiento irresponsable.
¿Cómo deben participar las empresas y las organizaciones sociales en el debate público?
¿Qué papel tienen en las democracias consolidadas? ¿De qué manera pueden sumar a la ciudadanía en las grandes transformaciones económicas?
La incidencia pública se ha convertido en un nuevo superpoder para las organizaciones. Esta práctica empresarial, consolidada en el mundo anglosajón y practicada en España por el tercer sector, lleva años demostrando que cualquier gran cambio debe ser contrastado y validado por la opinión pública y los grupos de interés. Solo así se conseguirá generar un impacto positivo en la sociedad, promoviendo una visión más integradora y colaborativa para afrontar los desafíos actuales y futuros.
Friedrich Nietzsche es el pensador crítico por antonomasia. Se enfrentó a la cultura de su época, atacó de forma violenta la moral tradicional y llegó a predicar la muerte de Dios. Construyó una filosofía basada en la supremacía de la vida y decretó que el porvenir pertenecía a un nuevo tipo humano, el "superhombre", y al nuevo sistema de valores que traería con él. Su influencia hoy aún es abrumadora.
Este libro constituye el acercamiento ideal al crítico más radical y lúcido de la sociedad contemporánea, cuyas ideas aspiran también a configurar el futuro.
La obra del filósofo danés Søren Kierkegaard (1813-1855) cambió el curso intelectual de Europa. Títulos como El concepto de la angustia, Diario de un seductor o Lo uno o lo otro no solo han inspirado corrientes de pensamiento como el existencialismo, sino que han anticipado las tendencias posmodernas del presente. Su insistencia en el valor de la subjetividad y la importancia de la estética, junto a su desprecio de la fría racionalidad otorgan a su pensamiento una sorprendente actualidad. Por otra parte, su apasionada y tormentosa historia de amor con Regine Olsen, unida a una grave deformidad física, que en su tiempo le granjeó las más crueles burlas y caricaturas completan el aura romántica de su existencia.
Además de relatar con minuciosidad y maestría la andadura vital e intelectual de Kierkegaard, esta extraordinaria biografía reconstruye su complejo entorno familiar, las profundas inquietudes eróticas y teológicas que marcaron esa vida y el intenso panorama cultural danés y germánico en el que se gestó uno de los sistemas filosóficos más impresionantes. Kierkegaard. El filósofo de la angustia y de la seducción está llamada a ser la biografía definitiva del genial pensador danés.
La proclamación neoliberal de la libertad se manifiesta en realidad como un imperativo paradójico: sé libre. Domina una economía de la supervivencia en la que cada uno es su propio empresario. El neoliberalismo, con sus desinhibidos impulsos narcisistas del yo y del rendimiento, es el infierno de lo igual, una sociedad de la depresión y el cansancio compuesta por sujetos aislados.
Los muros y las fronteras ya no excitan la fantasía, pues no engendran al otro. Dado que el Eros se dirige a ese otro, el capitalismo elimina la alteridad para someterlo todo al consumo: la exposición como mercancía intensifica lo pornográfico, pues no conoce ningún otro uso de la sexualidad. Desaparece así la experiencia erótica. La crisis actual del arte, y también de la literatura, puede atribuirse a esta desaparición del otro, a la agonía del Eros.