Fue un antes y un después en un año crucial. La publicación de La Edad de Plata (1902-1939). Ensayo de interpretación en 1975 supuso un momento fundacional de los estudios literarios y culturales sobre la primera mitad del siglo xx en nuestro país. La mirada lúcida e incisiva de José-Carlos Mainer abrió infinidad de caminos ubérrimos por los que han transitado muchos de los trabajos posteriores en el ámbito de estudio, por no decir casi todos. Aun así, esta obra original mantiene toda su vigencia y su atractivo, apoyada en tres virtudes luminosas: una estimulante calidad literaria, la lectura renovadora de algunas obras fundamentales y una apreciación de aquellos factores de unidad fundamentales, como la reconexión española con la Europa moderna, la relación con el público y la búsqueda del mismo, la afortunada creación de instituciones culturales, la incardinación de pedagogía y estética, la configuración de un arte nacional y la modernización radical que preside el proceso entero de una época irrepetible.
Este es un libro apasionante para todos los aficionados a la historia de la guerra, sobre todo porque trata de un período tan mitificado y, al mismo tiempo, tan mal conocido como la Edad Media. Una época cuya mera mención evoca grandiosas batallas, desde Hastings hasta Azincourt, desde Poitiers a Bouvines, todas descritas magistralmente en estas páginas.
Pero es mucho más que eso: aquí el relato bélico está firmemente imbricado en los procesos económicos, polí- ticos, sociales y religiosos que dieron lugar a esos conflictos armados y que los explican. Muy alejado de la tradicional visión eurocéntrica, este libro nos sumerge en escenarios bélicos lejanos y desconocidos: desde los valles hindúes a las gargantas del Tayikistán; desde el mar del Japón hasta los lagos aztecas; desde las heladas aguas del Báltico hasta los ardientes desiertos de Arabia. Es, en suma, una historia universal de la Edad Media hasta ahora desconocida.
En enero de 1907, cuando solo tenía veintiún años, Natacha Klimova fue condenada a muerte por participar, junto a otros miembros del movimiento maximalista, en un atentado contra el ministro del Interior del régimen zarista. La pena fue conmutada por cadena perpetua, pero antes, mientras esperaba la sentencia, Klimova había escrito a su familia una extensa carta que acabó publicada en la prensa y que conmovió a buena parte de la sociedad rusa. La historia de Natacha Klimova no había hecho más que empezar.
Pero ¿quién fue Natacha Klimova? ¿Cómo llegó una joven de la nobleza de Riazán a colaborar en el mayor atentado terrorista de la Rusia prerrevolucionaria? ¿Cómo consiguió escapar de prisión y qué fue de ella durante su vida como fugitiva?
Maud Mabillard decidió seguir la pista de Klimova y reconstruir su historia a través de cartas, documentos policiales y testimonios de quienes la conocieron. El resultado es esta Flor roja que, además de llenar los vacíos biográficos de Natacha Klimova, ayuda también a componer el complejo puzle político y social de la Rusia de comienzos del siglo xx.
Un texto en el que habitan ideólogos, espías, campesinos o literatos —Tolstói y Mayakovski, entre otros, transitan por estas páginas— y que, sin perder el rigor del documento histórico, adquiere por momentos la tensión de una trama policial.
A Gilles de Rais, barón, terrateniente y mariscal de Francia, pocas figuras le hacían sombra en cuanto a poder feudal, prestigio y posesiones. Heredero de un gran patrimonio, se cuenta que su fortuna superaba a la del mismísimo rey. Alcanzó la gloria militar en el contexto de la Guerra de los Cien Años como compañero de armas, protector y admirador de Juana de Arco, santa y heroína de Francia. Pero en lo que verdaderamente no tuvo rival en su época fue como criminal demente y aterrador, violador y homicida. A él se le considera el primer asesino múltiple de la historia. Su momento mayor excitación sexual se producía cuando veía a los niños morir, ya fuesen estrangulados hasta la asfixia o degollados y chorreando sangre.
La falta de límites propia de la nobleza feudal explica en parte por qué Gilles de Rais se convirtió en el monstruo desalmado que fue. Pero tan interesante como analizar su contexto histórico, lo es profundizar en las casuísticas personales que forjaron su comportamiento destructivo y delirante.
En la tercera semana de febrero de 1944, las fuerzas aéreas aliadas con base en Gran Bretaña e Italia lanzaron su primera gran ofensiva de bombardeos contra Alemania. Su objetivo: aniquilar las principales fábricas y centros de producción de la Luftwaffe y, al mismo tiempo, atraer a los aviones alemanes a una batalla aérea de desgaste con la que neutralizar a la aviación germana antes del desembarco de Normandía. Oficialmente llamada operación Argument, esta ofensiva aérea no tardó en conocerse como la «Gran Semana», y fue uno de los momentos decisivos de la Segunda Guerra Mundial.
La verdadera historia de la guerra por la corona de Inglaterra.
Durante el siglo XV, la corona de Inglaterra cambió de manos en cinco ocasiones mientras dos ramas de la dinastía Plantagenet libraban una lucha mortal por el derecho a gobernar. El conflicto se conoce como la guerra de las Dos Rosas, un enfrentamiento tan espectacular que inspiró desde las mejores obras de William Shakespeare hasta la saga de Juego de tronos.
En este fascinante volumen, el célebre historiador Dan Jones describe la caída de los Plantagenet, la familia real británica que más tiempo ha reinado, y cómo fue reemplazada por la dinastía de los Tudor. Una época convulsa en la que vivieron algunos de los personajes más famosos de la Edad Media: desde Juana de Arco y Enrique V, cuyo triunfo en Azincourt consolidó el poder de la monarquía inglesa, hasta Ricardo III, quien asesinó a sus sobrinos para hacerse con la corona que le habían robado. Fue también un fascinante periodo de luchas intestinas en el que reinas y consortes se hicieron con el poder y consiguieron doblegar a los hombres a su voluntad.