El pueblo huno ha gozado del triste honor de ser considerado, si no el debelador del Imperio Romano, sí al menos quien le dio el golpe más duro. Y, sin embargo, los hunos siguen siendo grandes desconocidos. Entraron en la Historia Universal como un vendaval, como el gran huracán que conmocionó el siglo v. Durante el período en que fueron más poderosos estuvieron acaudillados por Atila, un jefe aparentemente tan audaz como despiadado.
Los hunos portaban consigo su propia historia, mucha de la cual ha permanecido perceptible, pese a las severas menciones y desmesuradas descalificaciones que les otorgaban las fuentes chinas y romanas. Más cercanos a bestias y a demonios para sus enemigos, fueron capaces de forjar un vasto imperio de jinetes y guerreros, lograron negociar de igual a igual con dos imperios y crear estructuras de gobierno. En medio de la cultura mediterránea y del mundo germánico, lograron preservar sus tradiciones traídas de las lejanas regiones de Asia. Atila y su pueblo dejaron una huella duradera de su impacto en la epopeya, en la literatura y el cine, en definitiva, en la memoria colectiva de la humanidad. Todos estos son méritos más que suficientes para que gocen de un lugar de honor en la Historia. Y con ellos también la figura de Atila, cuya vida está y estará siempre unida indisolublemente a la de su pueblo.
Un recorrido por la historia de la ciencia a partir de sus diez descubrimientos más importantes para asi entender y saber explicar las diez predicciones fundamentales de las matemática y la física.
¿Qué sintieron los grandes científicos de la historia en el momento en que alcanzaron sus grandes descubrimientos? ¿Cómo llegaron al instante mágico en el que sus predicciones se hicieron realidad?
Este increíble viaje de la predicción a la prueba nos transporta desde laboratorios ubicados en París y Cambridge hasta el frente ruso devastado por la guerra, pasando por búnkeres construidos bajo reactores nucleares y enormes túneles subterráeos en la frontera suizo-francesa. Desde el electromagnetismo hasta las ondas gravitacionales de Einstein y el escurridizo neutrino de Wolfgang Pauli, el aclamado escritor y científico Marcus Chown nos acompaña en un recorrido impresionante por los avances de la física moderna, deteniéndose en ese instante mágico en el que las matemáticas y la física, de la mano de sus más brillantes representantes, cambiaron para siempre la historia de la ciencia.
Otto Weininger (1880-1903) fue sin duda la figura más controvertida del periodo histórico y cultural conocido como la «Viena fin de siglo», algo así, en palabras de Steven Beller, como su mala conciencia, pues tras su suicidio pasaría a encarnar los rasgos más censurables del periodo: misoginia, antisemitismo y antimodernismo. Después de cursar filosofía y psicología en la universidad de la capital austriaca, donde se doctoraría en 1902, publicó Sexo y carácter, un pionero y provocador estudio que influiría tanto en algunas de las principales luminarias del siglo XX —Ludwig Wittgenstein, James Joyce, Hermann Broch o Elias Canetti— como en la figura epítome de todas sus futuras desgracias, el líder del partido nazi. En El judío favorito de Hitler, el profesor Allan Janik —coautor, junto a Stephen Toulmin, del mítico ensayo La Viena de Wittgenstein—, ha completado el primer estudio verdaderamente exhaustivo en torno a Otto Weininger, disolviendo su aparente enigma, contextualizando sus aportaciones en el marco de la literatura y del pensamiento europeos contemporáneos, y explicando por qué, a pesar de su brevísima vida, infame reputación y opiniones inquietantes, dejó una huella tan profunda en el siglo que apenas vio nacer. Una lectura esencial para quienes se interesan por la filosofía, la cultura y las artes.
Cada periodo histórico y cultural crea sus propios monstruos, dependiendo de los temores y valores que la sociedad va estableciendo y proclamando. La época victoriana, pródiga en seres monstruosos, constituye un momento en el que el sueño de la razón, impulsado por un avance tecnológico y científico sin precedentes, y sustentado por un vasto imperio de ultramar, produjo toda suerte de aprensiones, inquietudes, obsesiones y ansiedades que se plasmaron en la literatura y en el entorno circundante mediante monstruos ficticios e imaginarios... y tristemente reales, como es el caso de Jack el Destripador, producto de aquel tiempo y aquel momento. El primer asesino en serie «moderno» de la historia personifica y culmina de manera espeluznantemente real la monstruosidad que, de manera imaginaria, se venía forjando en las páginas de numerosos autores victorianos.
Adolf Hitler fue uno de los seis hijos de su madre y uno de los ocho de su padre, fruto de dos de sus tres matrimonios. AloisHitler, de soltero Schicklgruber, era funcionario del servicio de aduanas austriaco, y la combinación de un uniforme imperialcon su tendencia al alcoholismo derivó en que el padre de Hitler fuera un maltratador que pegaba a sus hijos si no eran obedientes al instante.Alois tuvo dos hijos, Alois hijo y Angela, de su segunda esposa, y seis de la tercera, Klara, la madre de Hitler, de los cuales cuatro, todos varones, murieron al nacer o en la infancia. Por lo tanto, el joven Adolf se quedó con un medio hermano, Alois, y una media hermana, Angela, y una hermana completa, Paula, que murió en 1960. Cuando Hitler se suicidó en abril de 1945, todossus hermanos seguían vivos y algunos tenían hijos propios.¿Qué fue de ellos? La respuesta es que nadie estaba realmente seguro hasta que David Gardner publicó este libro tras rastrearpaciente y tenazmente a los parientes vivos de Hitler en Estados Unidos y haberse puesto en contacto con ellos.
En abril de 1944, Rudolf Vrba se convirtió en uno de los primeros judíos en escapar de Auschwitz. Contra todo pronóstico, tras esquivar por poco las balas alemanas, él y su compañero de fuga escalaron montañas y cruzaron ríos para alcanzar la libertad. Vrba quería advertir a los últimos judíos de Europa del destino que les esperaba al final de la vía férrea. Brillante estudiante de ciencias y matemáticas, memorizó cada uno de los detalles de la maquinaria nazi y lo arriesgó todo para recopilar los primeros datos de la Solución Final. Tras su huida, sacó de contrabando el primer relato completo de cuanto acontecía en los campos de exterminio, un informe detallado que finalmente llegaría a manos de Franklin Roosevelt, Winston Churchill y el papa, y que acabaría salvando miles de vidas. El maestro de la fuga es la historia de un hombre que merece ocupar su lugar en la historia junto a Ana Frank, Oskar Schindler y Primo Levi, protagonistas todos ellos del capítulo más oscuro de nuestro pasado reciente.